martes, 10 de septiembre de 2013
Nunca hagas tratos con desconocidos.
viernes, 13 de enero de 2012
Lasciva imaginación (Primera parte de dos)
Lasciva imaginación (Primera parte de dos)
Los cielos se oscurecen, se tiñen del rojo atardecer. Las sombras de la habitación se van alargando hasta que mi figura es la única que queda iluminada en el ventanal de hierro, piedra y cristal rajado y sucio de aquella habitación.
Mi mirada contempla expectante el camino aguardando su llegada... se que está próxima. Cada poro de mi piel, cada célula vibra sabiéndolo.
Aguardo tu llegada, mi maestro desde hace días... ¿Dónde estás?. He hecho lo que me has pedido, durante tus años de ausencia...¿Dónde está la recompensa de tu compañía?
Cada día he practicado cada movimiento que me enseñaste, he envuelto mi joven cuerpo en pinturas de guerra, para que me dieran la fuerza que necesito para llevar a cabo tus planes...¿Dónde está tu regreso prometido?
Nadie me ha vuelto a tocar desde que te fuiste, nadie ha acariciado mi piel ni si quiera para curar las heridas de las batallas. Solo mi cuerpo busca el roce de tus ásperas y gruesas manos. .. desde hace mucho tiempo.
Te conocí a los pocos años de vida, y de entre todas me elegiste a mí. Fue la primera vez que tu mano desnuda tocó la miá y me condujo a aquel desolado lugar en medio del yermo que se había convertido la tierra tras La Gran Guerra. Tu me salvaste de aquel oscuro lugar y me diste mi primer arma, mi primera espada.
Me enseñaste como usarla, como cogerla por la empuñadura, suavemente cuando este sola, con una mano, y moverla de arriba a bajo para conocer cada uno de sus relieves. Para conocer cada detalle de su metal forjado. Como acercármela a los labios para insuflarle el calor antes de cada batalla, como acariciarla con ambas manos sin que se me cayese al suelo, y acercármela al pecho cuando necesitase consuelo en mi soledad, en tu ausencia. Cada noche su hoja ha rozado mi blanca piel iluminada por la luna, sintiendo la misma frialdad con la que tu, año tras año me has mirado, pero sin embargo estando tan cercano, maestro.
Desde hace años ha nacido un deseo en mis entrañas. Desde aquella noche en la que espiándote con la curiosidad de una jovencita hacia su maestro, la cual le perseguía por los pasillos, liviana y silenciosa como una pluma. Aque día que vi tu cuerpo tal y como era, como no enseñabas a los seres de aquel mundo, sino del tuyo.
El agua te recorría la espalda tatuada de símbolos arcanos, haciendo brillar cada centímetro de tu absoluto musculado cuerpo, y tu largo y mojado pelo, suelto, sin la coleta de corte oriental que siempre luces sobria. Los anchos hombros que soportan la pesadez de tus lustros vividos... ¿O quizás sean más?Nunca me has hablado nada de ti, de cuantos años puedes tener, o tal vez siglos.. quien sabe.
Aun en esas noches en la que la espada no contenta mi anhelo, mis manos bajan por mi vientre y se pierden por mi sexo de fuego, recordando como esa espalda ancha, acababa en unos glúteos fuertes y firmes... jamás te llegue a ver tu miembro, pero no hay día que no fantaseé con ella, con que la siento igual que sentía esa espada entre mis manos..
Mis pensamientos han volado y mis ojos se han cerrado recordándolo una noche más. Una mano ha ido a posarse a mi pecho semi desnudo, sacándolo de la raída camiseta negra. Cada caricia en mis pezones, en mi mente son tus labios. Los retuerzo, lo acaricio y los pellizco, imaginándome tus dedos haciéndolo, tu lengua tocándolos con la punta, haciendo círculos con ella, a ambos, para ponérmelos duros y de punta, porque seguro que te gusta sentirlos cuando te pongas encima miá en tu pecho...
Mientras mi mano acaricia por encima de mi pantalón de fina y rota tela mi sexo. Mi boca muerde mis labios, con los ojos cerrados. Casi puedo sentir tu aliento bajando desde mi cara por mi cuello... pasando esa línea fina entre maestro y amante... se que jamás podrá ser, pero mi cuerpo, cuando rozo mi clítoris con la punta de dos dedos, se niega a aceptarlo. Mi mente se engaña pensando que es tu boca queriendo arrancarme la ropa para llegar a mi interior. Vuelvo a subir las manos pasando por mi cuerpo hasta mis tetas, agarrándolas fuerte, moviéndolas sin dejar de estimularme los pezones, se que te gustan duros, estoy segura, y eso es lo que quiero que sientas.
Estoy sentada en el alfeizar de la ventana, y justo el final del mismo acaba donde estoy sentada. Una pierna encima, otra apoyada en el solo, descalza...La esquina queda a la altura de mi humedad y me empiezo a estimular con ella... seguro que tu verga es más duro que esto, y más caliente... pero en mi mente es ella quien se pasa acariciándome por encima mientras me lames ansiosamente todo lo que alcanza tu boca de mi cuerpo. Pequeños gemidos se escapan de mi garganta a veces... hay algunos sirvientes de mi maestro en aquel lugar realizando sus trabajos, me escucharán... pero ¿A quien le importa? Es mi maestro haciendo conmigo lo que quiere... bueno, en realidad soy yo manejando a mi maestro.
Puedo sentir su ardiente saliva bajando por mi estómago, por mi vientre, y apartándome a un lado el pantaloncito hasta que crujen las costuras. Como tu lengua, larga se cuela por dentro, mezclando tu saliva con mis propios fluidos, mojando parte de la dura piedra del alfeizar. La habitación empieza a caldearse de mi propio calor, la ventana se empaña, y yo empiezo a sudar.
Mis dedos estimulan mi clítoris, moviéndolo entre dos dedos, o estimulándolo indirectamente por encima de la ropa, para mi, esos dedos son los suyos, que buscan prepararme para recibirle a el. Duro y listo para ser uno conmigo, para buscar el placer extremo y derramarse dentro mio.
Meto dos dedos y alcanzo el punto de máximo placer, y ahora de mi garganta salen sin pudor gemidos altos y audibles. Voy aumentando el ritmo, pero necesito más, necesito sentir algo más ancho... por lo que me meto dos dedos más, todos menos el pulgar. Estoy tan dilatada y abierta que parece que me voy a desgarrar por dentro, pero no... se que no... se que el me ensartaría aun más y que sentiría su polla abrirme hasta creer romperme por dentro... el no es de este mundo, por lo que nada suyo tiene que ser de aquí.
Muevo con un poco de torpeza pero sin perder el ritmo los dedos dentro, estoy tan mojada que en la piedra donde estoy sentada se empieza a formar un pequeño charquito. Huele a mi propio sexo, pero mi mente lo funde con el que seguro que tiene el. Mi maestro se mueve con dureza, hasta casi mis nudillos, embistiéndome, haciéndome gritar tal y como lo hace ahora. Sin dejar de tocarme los pezones, casi haciéndome daño con sus colmillos.
Pero seguro que mi sexo no sería suficiente para el... el buscaría llenarme por todos los agujeros de mi cuerpo... por lo que la mano que movía con fuerza mis tetas, baja hasta donde está la otra, y la sobrepasa... y llego a mi ano.
Con mis propios fluidos que bajan, humedezco el dedo y lo muevo en círculos por la entrada... sin entrar.. seguro que el juguetearía sin sacar su polla de dentro mía. Sin estar tan apretado contra mí que podría sentir sus poderosos huevos contra mis abultados labios llenos de excitación y calor.
Meto un dedo.. tampoco entra más, nunca me han metido nada por ahi... en realidad, nadie más que yo me ha tocado mis partes más íntimas, nadie más que yo y las fantasmales manos y la polla de mi maestro.
Me atrevo a meter otros dos dedos más. Es una posición un poco forzada, pero puedo continuar. Estoy totalmente abierta de piernas, mirando a la puerta, de espaldas a la ventana para apoyar los talones en la piedra de la ventana.. si alguien entrara... si mi maestro entrara...
Sin sacar la mano de dentro mía, muevo los dos dedos de mi culo, sacándolos y metiéndolos, incluso en círculos, pero es más de lo que yo puedo aguantar. La rapidez de mis movimientos se dispara, sintiendo el orgasmo llegar. Las contracciones de mis entrañas son brutales, tanto que atrapan más mis dedos, así como las de mi culo, que expulsan mis dedos hacia afuera.
Mis gemidos son casi gritos de auténtico y primitivo placer. Siento como el me llenaría, como se mezclaría con mis propios fluidos que no dejan de mojar la fría piedra haciéndola cómplice de aquel polvo fantasmal.
Cuando todo acaba tan repentino como llegó, me quedo sentada, sin moverme, con las manos apoyadas en mi pubis, y respirando entrecortádamente. La vergüenza de imaginarme haciendo eso con la persona que me ha visto prácticamente crecer, con la que he compartido conocimientos ancestrales y sabiduría milenaria, con el que he practicado las peores tácticas de guerra, acude enrojeciendo aún más mis coloradas mejillas. El pelo rojo cae mojado por la espalda sudorosa y pagándose en los cristales de la ventana... noto como me pica.
Y mientras estoy recuperando el aliento, noto un escalofrío recorrerme la espalda, que hace que vuelva la cabeza para mirar de nuevo el camino medio oculto por las sombras de la iniciada noche...
Un hombre está parado en el camino, a pocos metros de la puerta... está hablando con uno de los guardias. Su pelo recogido en una coleta oriental se desdibuja con las sobras, y su piel curtida, bronceada y llena de cicatrices no se logra apenas ver. Pero su hombrera metñalica si que reluce revelando su posición, aunque sus ropas oscuras hacen parecerse a un oscuro fantasma.... Alza la negra mirada y me mira directamente a los ojos... mi maestro ha vuelto.
Raven, la Esclava (Capítulo 2)
Capítulo 2. Raven, la Esclava
Esa noche Raven durmió bastante mal. La cama era dura, a pesar de la paja que había para que fuera algo más confortable. En la cantidad de veces que logró conciliar el sueño esa noche, entraban y salían aquel hombre llamado Ted, que perseguía a la mujer vecina de celda suya. También a su sueño habían acudido sus secuestradores, y el hombre gordo que pedía que se le llamase Bob.
En algún momento de esa misma noche soñó que su antiguo amo el Marqués de Hamburt, yacía muerto en el mismo lecho de paja en el que el día anterior ella misma gemía de placer...
Parecía que habían pasado siglos desde que la mañana anterior había ido a trabajar después de despedirse de su familia, la cual no sabía nada de su paradero..
El sol empezaba a levantarse, por la luz que podía ver por los barrotes del ventanuco de su celda. Raven, acurrucada en la esquina del camastro de piedra se preguntaba por su suerte. Quería llorar, pero las lágrimas no la acudían, quizás fuese por la determinación de no parecer débil, y por la esperanza de salir libre de todo aquello...
El hilo de sus pensamientos fue interrumpido cuando Bob, apareció a la puerta de su celda. Ese día vestía una túnica verde brillante con lo que parecía hilo de oro ornamentando el cuello y los puños de la túnica. Incluso el cinturón parecía caro.
Buenos días! Has dormido bien?
Raven no contesto. Se sentó y le miró ceñuda.
No te apetece hablar? Bueno, ya abrirás tu boca y moverás la lengua con brío hoy. - dicho esto se giro a alguien que no pudo ver -Sacarla, y llevarla junto con los otros a las duchas. Que se limpie, dadla la ropa y llevadles luego a la antesala, tienen que estar preparados para salir a las dos en punto.
Bob se marchó haciéndola una reverencia con la cabeza brillante y pulcra y una sonrisa misteriosa.
Dos guardias fornidos abrieron la celda y sacaron a Raven poniéndola una cadena en la argolla de su collar de hierro de esclava. En el grupo estaba las dos chicas de su aldea, la alta y delgada, llena de pecas se llamaba Brimeh,y la que estaba a su lado, era un poco más bajita y rechoncha, pero con unos pechos enormes y una cara bonita. Ella recordaba que era la hija del panadero de su aldea y se llamaba Olián. También estaban los dos chicos del carro, el joven benjamín de 17 años y que creía que era el hermano de Brimeh, Bromm, y el hombre atractivo que no sabía quien era. Su expresión era inescrutable. Tenía una leve sonrisa pero los ojos mirando a la nada, Su pelo era a dos colores. Oscuro en su crecimiento y se aclaraba por las puntas. La barba de varios días le daba un aspecto un poco salvaje, y eso se potenciaba con algunos golpes y magulladuras que sin duda eran obra de un forcejeo fallido.
Vamos, novatos- apremió uno de los guardias. No se les veía la cara, estaba oculta en los yelmos metálicos.
Avanzaron por donde las celdas, donde gran variedad de personas dormitaban o se preparaban.
La mente de Raven era un torbellino de preguntas.
Al cabo de un rato, llegaron , en esa misma planta a unos baños. Eran muy amplios y grandes, de mármol claro. Había jabón y grandes bañeras llenas de agua incrustadas en el suelo, que no tenían nada que ver con la austeridad de las celdas. A parte más allá había otra puerta donde más tarde descubriría las letrinas.
En una de las paredes habían cajoneras.
Aquí os preparareis cada mañana, si vais a salir a escena. Suele ser dos o tres veces por semana. Os levantareis y vendréis aquí. Tenéis una hora para prepararos, y vestiros con la ropa que encontrareis en las cajoneras de esa pared. Después subiréis a la planta de arriba, y allí esperareis las instrucciones del Jefe.
Sin decir nada más se fueron.
Ninguno de los cinco se movió. No había cortinas ni nada que pudiesen usar para taparse cuando se limpiaran o cambiasen.
El primero en romper el silencio fue el hombre más mayor. Que paso entre las chicas y se fue quitando los harapos que llevaba por ropa y tirándolos en un cesto. Se quedó desnudo delante de todos y se empezó a limpiar en una de las bañeras tras meterse sin cuidado.
¿Vais a permanecer toda la hora ahi? El agua está caliente y no oléis precisamente a rosas, florecillas..-dijo el hombre sonriendo mientras jugueteaba con el jabón.
Raven no pudo apartar la mirada del cuerpo desnudo de el hasta que se metió en la bañera, como hipnotizada, parecía que a ese hombre le traía sin cuidado donde estaban recluídos. Pero llevaba razón, de momento tenían que seguir las instrucciones, cuando supiese a que se enfrentaba, ya decidiría que hacer.
Camino hasta la misma cesta y con muchísimo pudor se quito la ropa rota y sucia, para dejarla con la ropa del hombre. Tapándose con las manos, se metió en el otro extremo de la bañera donde se frotaba las heridas y la mugre el hombre sin prestar a nadie atención.
Sus manos no abarcaban bien sus pechos, y se sentía totalmente vulnerable. El resto les siguió en silencio y evitando mirarse.
Raven cogió uno de los paños y empezó a frotarse el cuerpo con el jabón. El agua brillaba en su piel bronceada. Sus pechos estaban de momento escondidos entre la espuma como parte de su cuerpo. Con la mano, frotó toda su piel. Desde las axilas hasta su entrepierna...
Cuando estaba a punto de acabar, el hombre paso por su lado y se paró en seco. Alargó su mano y quitó una mota de jabón de su nariz.
Calma florecilla, solo era jabón- dijo enseñándole el dedo con una mota blanca. Pero el, al estar levantado, se veía por completo su cuerpo. Su miembro estaba casi a la altura de los ojos de Raven y no pudo dejar de abrir los ojos en sorpresa al ver que estaba duro... y era largo. Ella aunque había tenido sexo ocasional con el Marques, nunca había visto otra polla que esa... y esa era grande, fuerte, joven y... gorda.
Cuidado, a ver si te va a sacar un ojo- dijo el tras guiñarla un ojo. Raven muerta de vergüenza desvió la mirada y acabó rápido de limpiarse, secarse y vestirse.
La ropa... dejaba mucho a la imaginación y tapaba más bien poco. De hecho, apenas tapaba algo. En las mujeres consistía de una falda a la cintura de cuero marrón oscura, en forma de pico, que le tapaba por delante y por detrás pero que no había nada de por medio. Y sus pechos eran medio ocultados por una especie de sujetador de tiras que si te descuidabas se movían para los lados dejando sus pezones al aire.
Para los hombres solo estaba una especie de tapa-rabos pero cuadrado, más largo y que le tapaban las caderas, pero sin nada por el medio.
Después de la hora, todos estaban ya en la antesala. Un lugar lujoso, lleno de plantas exóticas, una fuente en el medio, donde una estatua de un hombre desnudo, le brotaba el agua por su polla encima de una mujer con la boca abierta.
Las pinturas de las paredes eran escenas obscenas de sexo explícito de hombres, mujeres y animales. Había una mujer a cuatro patas que era follada por un minotáuro de un miembro desproporcionado. Otra escena eran dos hombres teniendo sexo entre ellos mientras otro tercer les regaba con su semen. La escena a su espalda era un hombre metiendole su polla a una mujer por el culo mientras ella se metía un plátano por su vagina, y así sucesivamente.
Bienvenidos!- se escucho la voz de Bob aproximándose a ellos- Bienvenidos una vez más a los juegos. Hoy sois el plato más sabroso de esta semana, hacía meses que no teníamos nuevos jugadores....Estaréis ansiosos de saber en qué consisten los juegos.- añadió Bob sonriendoles a todos como el amo que sonríe a los perros que van a concursar – No os haré esperar más. Os explicaré todo... Vosotros, hijos míos, sois los jugadores. Saldréis en unas horas al coliseo, en parejas. Cada día salen 3 parejas. En el coliseo de esta ciudad hay 20 jugadores, 25 ahora con vosotros. Cada día entre las dos de la tarde y las 8, se suceden dichos juegos. Pero no todos pueden participar, deben ser elegidos cuidadosamente pues el espectáculo tiene que prometerse para todos los gustos!- añadió jubilosamente- Pero no quiero entretenerme más. Saldréis de dos en dos, y debéis de venceros unos a otros. El vencedor, se le apunta un tanto, quien acumule 20 tantos seguidos sin perder ni una sola vez, será libre e incluso se le dará una pequeña suma de dinero para que pueda iniciar una vida o puede trabajar para mi siendo un hombre o mujer libre. Pero los juegos, hijos míos, es lo más importante.. y lo más simple. Solo necesitáis dar un buen espectáculo...y vuestras armas son vuestras manos y bocas, vuestras pollas, vuestros culos, vuestros coños..- añadió sonriendo aun más ante la cara de no entender de todos a excepción del hombre de pelo extraño- Tenéis que salir ahí e intentar daros placer unos a otros. El asalto acaba cuando uno de vosotros llega al orgasmo, que es el que pierde. Gana quien pueda mantener sus fluidos y su lujuria dentro de el o ella. Eso es todo...es .. como un espectáculo porno en directo. La gente paga grandes cantidades de dinero por veros luchar. Bien, eso es todo, como sois impares, vendrá Leo, uno de mis esclavos predilectos. Las parejas salen por sorteo... buena suerte... y nos vemos en unas pocas horas!- añadió guiñándoles un ojo mientras salía. Un esclavo salio tras suya, musculado y rasurado, mientras le llevaba una copa con alcohol. Se perdieron al doblar la esquina.
Ninguno volvió a hablar. Raven se sentó mirando al suelo con los ojos desorbitados..¿Iba a tener que follar.. o lo que sea a alguien sin llegar a ella al orgasmo para obtener la libertad? No se lo podía creer... aunque tampoco iba a ser tan difícil... precisamente toda esta situación no la humedecida nada...
Una visión la cruzó la mente... la visión de Ted follándose salvajemente a la mujer morena de anoche.. se mordió los labios.
Pasaron las horas sin más movimientos que cuando les trajeron la comida. Frutas exóticas y alcohol... anda que no sabia como manejar las situaciones el gordo de Bob..
A las dos en punto abrieron las puertas de nuevo, y apareció Bob.
- Es la hora mis cachorros... aquí en esta vasija traigo los nombres. El público espera expectante a que salgais... carne nueva.. ¿Quien se podría resistir?- pregunto retóricamente riéndose entre dientes.
La primera pareja... es .. !ah! Justo a tiempo. Leo y Olián...-dijo agitándose como un niño con zapatos nuevos- fantástico. Podéis ir saliendo, os acompañarán mis soldados...eso es..Bien, la siguiente pareja ses... Raven y Cromm... Que interesante..-dijo sonriéndonos.
El hombre de pelo de colores sonrió... !El era Cromm! El recuerdo de su miembro la cruzó la mente y tragó saliva.
¿Que pasa si.. si pierden los dos?- preguntó Cromm .
Eso precisamente, ninguno gana, no hay puntos- dijo sin darle importancia Bob.
Y finalmente... oh! Que veo... los hermanos...-dijo riéndose con ganas sacando los dos últimos papeles.
Y … y si nos negamos?- preguntó tímidamente Brimeh.
Moris los dos- contestó sin darle importancia Bob.- Podéis ver a vuestros compañeros desde los banquillos, que tenéis tras esa puerta...! buena suerte!- y dicho esto se fue.
Los cuatro pasaron por la puerta. Era un banquillo en una especie de jaula en la base del coliseo. Desde allí se veía todo... la cantidad de gente que gritaba desde las gradas, y a los dos jugadores en medio del lugar, con una jaula cercándoles el paso. Para que estuviesen juntos.
El juez hizo sonar un cuerno y los juegos empezaron.
Olián estaba acorralada contra los barrotes de hierro, temblando. Se movía en círculos evitando al otro esclavo. Leo.
Este se le acercó y cuando la cogió de la muñeca ella gritó con todas sus fuerzas. De un tirón Leo le arrebató el sujetador y sus enormes tetas bailaron. La multitud gritaba.
El levantó la mano para que todos vieran el trozo de tela que le había arrebatado mientras la muchedumbre no dejaba de vociferar.
El la tenía arrinconada en una de las esquinas mientras ella lloriqueaba agarrada a los barrotes. Pero Leo se acercó y se metió una de sus tetas en la boca, mientras con la otra mano le retorcía el pezón de la otra... y parecía que a ella le gustaba, pero eso no se podía saber porque el miedo la tenía quieta. Su cuerpo era algo grueso, tenia anchas caderas, ys u pelo rizado y castaño caía por su espalda.
FOLLATELA!!!
METESELA EN LA BOCA!! VERAS COMO DEJA DE LLORAR!!
Se escuchaba gritar desde las gradas.
Leo seguía con su trabajo. La fue besando hasta llegar a su boca, en la cual le plantó un beso apasionado, cosa que hizo que se relajase. Pero era para entretenerla, ya que sus manos bajaron hasta el sexo de ella y empezaron a estimularla. Sus dedos bailaban en su clítoris. Le daba pequeños tirones, e incluso le metía uno o dos dedos... los gritos de horror de ella pasaron a ser gemidos.
!!!!Si!!!!!!!!!! MIRA COMO GIME LA MUY PUTA!!!!!
!!!!SIGUE!!! !!!!!!!QUEREMOS VER COMO SE CORRE!!!!
!!!CHUPALE LOS PEZONES!!!
La muchedumbre estaba como loca. Y para sorpresa y horror de Raven, había hombres que sin ningún pudor se masturbaban delante de todos con la escena.
¿Nunca habías escuchado hablar de la nueva Somorra y Gomorra?- Le preguntó Cromm.
No... ¿Que ciudad es esta?¿Por que hacen esto?
Es Velvemiun, la tierra de la depravación, protegida por el mismísimo emperador de los 3 Reinos... la lujuriosa y depravada Velvemiun..
Raven volvió a mirar la escena. Ahora Leo la había colocado sin ningún esfuerzo a cuatro patas y la follaba con violencia. Las carnes y las tetas de Olián se movían al ritmo de las fuertes embestidas de el, y ella gemía alto y claro.
Te gusta... eh... putita... eh.. a que nunca te habían follado de esta manera..-escuchó decir a Leo.
La polla de Leo era larga, y no muy ancha. Pero se movía en círculos dentro de ella, o la sacaba entera para metersela hasta los huevos, produciendo un ruido de golpe húmedo cuando le daban en el sexo de ella con ellos
Te gusta tenerla dentro.. verdad que si... pobre... así nunca ganaras..-decía el con la cara desencajada por el momento, dándola azotes dejándola las nalgas rojas.
Pero cuando ella profirió un largo gemido y se desplomó contra el suelo jadeando todo acabó y la gente enloqueció.
Incluso hubo algunos hombres, pudo ver Raven, que se corrieron a la vez, y para sorpresa de ella alguna mujer movía su mano entre su piernas frenéticamente.
El árbitro finalizó el juego, que había durado escasamente 15 minutos y les llevó por otra puerta de madera, dándo por ganador a Leo por novena vez consecutiva.
Y ahora damas y caballeros... dos rivales de la nueva remesa de nuestro Gran Bob..Raven y Cromm!!
La puerta de la celda se abrió y los dos guardias de entes les sacaron y les metieron en la celda. Miles de ojos les miraban ávidos de sexo, de lujurio, de ver carne sobre carne.
!!!!Qué comience el segundo asalto!!!!- gritó el árbitro cerrando la puerta de la jaula.
Que coincidencia eh..-dijo Cromm sonriendo. Obviamente estaba encantado.
No voy a dejar que me toques- dijo Raven moviéndose en círculos.
Entonces no has entendido las normas del juego... o juegas o mueres, no hay más.
Entonces moriremos los dos.
Mira florecilla, lo que te pase a ti me da igual, pero quiero vivir demasiado como para andarme con remilgos ahora. A demás antes en las duchas no dejabas de mirarme la polla... ¿Ahora te da vergüenza?
!Callate!
Vamos... te va a gustar...
Y dicho esto, se tiró encima de Raven. Ella hizo una finta y le evitó, pero sin preveerlo el se agarro a la falda, la cual se rajó y quedó desnuda de cintura para abajo. Todos gritaron.
Bonito...muy bonito...-dijo el oliendo la falda.- Me pregunto si olerás también como esto..
Como te acerques te sacaré los ojos!!!
Para eso tendrás que tocarme.. - y de nuevo, la acorraló en la esquina misma donde estaba Olián hace unos minutos. La cogió de las muñecas tras forcejear un poco y la inmovilizó levantando sus brazos. Su pierna se colo entre las de ellas y levantó la rodilla.
Cuanto calor desprendes..- y empezó a mover su pierna frotándola.
Suéltame!- gritaba ella, pero entre los gritos de las gradas nada se escuchaba.
Los labios de el se posaron en su cuello,y le iba dando ligeros mordisquitos mientras bajaba hasta sus pecho en el sujetador. Con los dientes movió las tiras y se las sacó. Tomó uno de sus pezones y lo empezó a lamer con la punta de su lengua, hasta que se puso duro como una piedra y así hizo lo mismo con el otro.
El sexo de ella empezó a humedecerse, y a mojar la pierna de el. Raven estaba asolada, no sabía como pararlo. Ella no quería que ese hombre la tocase, pero su cuerpo reaccionaba de manera diferente a sus pensamientos.
Florecilla... todo es instinto, todo es primario..- le dijo el al oido. Subió sus brazos y con una mano, grande y fuerte le sujetó las muñecas. No se podía mover.-Vas a gemir tan alto, que te escucharán todos... y suplicarás perder, para poder correrte ya sea con mi mano, mi polla o mi boca.- le dijo Cromm de nuevo al oído.
Su hábil mano cogió uno de sus tetas y se lo metió en la boca. Pero no era frenético como lo fue Leo, sino que era certero. Se estaba tomando su tiempo.. Mordía su pezón, lo hacía resbalar por sus dientes, y lo retorcía. Sus pezones y las aureolas estaban de un marrón oscuro por todo el manoseo, y sintió como en su pierna lago húmedo la rozaba... era el miembro de Cromm que se había alzado duro y palpitante en su pierna.
Me estas mojando...-dijo desde su teta, pasando su mano de ella hasta su culo. Apretándola contra su pierna. El la volvió a mover acompasádamente, y ella, por el frote empezó a gemir.
!No podía ser! Se estaba calentando. La dura piedra que a veces chocaba contra su pierna empezaba a ser su obsesión. Pero no iba a ganar … no...no iba a aguntar la sonrisa burlona de el.
Se empezó a mover para resistirse, y le dió un cabezazo que le hizo soltarla gritando de dolor.
!!!Arg!!!Maldita!!!Que te crees que estas haciendo!!!- dijo el apartando su mano de su cara. Le había hecho una brecha en la frente. El público rugía. Pero Raven no entendía nada. Jadeaba por el esfuerzo y la excitación. Sentía como unas gotitas de su ser resbalaban por su entrepierna.
El volvió a tirarse encima de ella pero esta vez no le pudo esquivar y cayeron al suelo. Las tetas de Raven chocaron contra la arena.
El encima suyo, la abrió de piernas, y la agarró. No podía soltarse... y sitió como algo entraba en ella, como la polla de Cromm se hacía paso por sus entrañas. Entró suave pero firme. Estaba tan mojada que no había ninguna traba. El empujaba con todas sus fuerzas y la embestía en el suelo.
Raven gemía muy alto con cada embestida, incluso cuando el la alzó un poco del culo para penetrarla bien, ella notó como los huevos de el, la golpeaban violentamente. Su sexo se habría ante la verga de el, dura y gruesa. Los gemidos de Raven se mezclaban con los de Cromm.
Los pensamientos de ella se dispararon sueltos, quería que la siguiesen follando, quería que ese hombre acabase dentro de ella, que la llenase, porque necesitaba sentir el orgasmo que había querido aquella noche con Ted y la mujer morena, y que ahora ese hombre, la había provocado para su consternación.
Necesitaba su leche, en ella, quería sentir ese liquido espeso y caliente llenarla por dentro...
Los pensamientos de ella, se mezclaban con los de el. Quería lo mismo, quería que sintiese toda su fuerza, todo su ser, en esa chica que se había resistido, aunque eso significase perder. Sentía sus propios huevos golpearla, porque se la metía tan profundamente que casi podía tocar el final de ella. La tenia sujeta por la cintura y la movía con violencia contra el.. y sintió su orgasmo... cuando notó los espasmos de ella. De su polla salió hasta el final de sus entrañas todo su semen, tanto que chorreo por fuera manchando el suelo. Sus gritos y gemidos se mezclaron con los del gentío. Ambos tenían los ojos cerrados mientras ella era llenada y el la llenaba. Acabó con una embestida final y cayó encima de su espalda, los dos llenos de polvo, humedades y sudor.
!!Empate!!!! Señores, ha habido empate!!
Raven abrió los ojos sin dejar de jadear. El publico estaba de pie. Había gente teniendo sexo de una manera u otra en las gradas. Había hombres y mujeres desnudos o medio desnudos agitándose... esto era una locura... y más porque acababa de llegar al orgasmo de una manera impensable..
Cromm se levantó de ella cansado y sudando, y Raven lo hizo después. Por sus piernas resbaló parte del semen de el.
Cromm la miro y sonrió de lado mientras se apartaba la sangre de la frente.
Pero no pudo decir nada... los guardias se los llevaron por la misma puerta de los otros dos jugadores, sin que la gente dejase de gritar cosas que ya ella no oía.
Pasaron por un pasillo que daba al baño de antes.
Lo único que pensó, metiéndose en el baño como una autómata es que ahora le tocaba a los hermanos... y sintió mucha pena por ellos.
Continuará....
jueves, 12 de enero de 2012
La chaqueta del profesor y las braguitas de la alumna.
La chaqueta del profesor y las braguitas de la alumna.
Los pasillos de la universidad a esas horas estaban casi desiertos. El sol de verano estaba empezando a ponerse y su luz iba iluminando por las ventanas de los pasillos mientras una figura femenina andaba en una dirección fija.
-No puede ser...-murmuraba por lo bajo- solo su maldita asignatura... solo por dos puntos ...me tiene que escuchar, no me puede hacer esto..
El ruido de sus pasos llenaba el pasillo en dirección a los departamentos de los profesores. Muchos ya estaban cerrados y esos profesores en sus casas. Apenas había algún alumno en la biblioteca, ya que habían terminado los exámenes de la universidad, y solo iban ya por allí en busca de las ansiadas notas.
Pero ahí justo estaba Lola, andando con sus libros de Bases de Datos avanzados en los brazos, para aparentar ser mas aplicada, en lugar de estar en busca de un buen bañador en las tiendas de su barrio para ir a la piscina comunitaria, ya que el calor comienza a apretar .
Llego al despacho del departamento del profesor Charles Thomson, erudito de Cambridge con varios doctorados a su espalda.
Lola tocó la puerta y una voz masculina y profunda, conocida por ella gracias a las interminables horas en sus clases, la invitó a entrar.
Allí estaba el profesor Thomson. Un hombre de mediana edad, de tez blanca, perilla oscura al igual que su pelo, engominado y con una ralla rigurosa a un lado. Su traje de profesor era muy típico inglés, con unos pantalones de ralla diplomática de color marrón claro, una camisa de cuadros con un jerey verde oscuro y la chaqueta marrón con las típicas coderas.
-¿Señorita Marquez, que le trae a estas horas a mi despacho?- preguntó el profesor levantando la vista de unos papeles y quitándose las gafas. No tenia apenas acento, ya que había pasado gran parte de su vida en España tanto de joven, como ahora de adulto.
-Vengo a revisar mi examen, profesor- dijo Lola.
-¿Su examen? Creo recordar que aprobó, no entiendo su suplica- añadió el profesor con gesto lánguido volviendo a sus papeles
-Necesito dos puntos más para mi beca del próximo año, y usted lo sabe, se lo comenté el día de la revisión del examen.
-Y creo recordar que ese mismo día le comente que era su nota, y que no se podía revisar.- añadió tajante su profesor sin mirarla.
-La profesora Gómez me puso las dos décimas que me faltaban para poder optar a la beca si usted me añadía los puntos, sabe que es la única manera que tengo de estudiar en la universidad, becada... por favor profesor...- dijo ella apoyando las manos en la mesa de el.
Charles levantó la mirada para mirarla y replicarla pero antes de poder encontrarse con sus ojos, se encontró con los enormes pechos de Lola que sobresalían levemente en la camisa blanca con mangas cortas de ella. Los tenia muy grandes, debía de calzar una 100 mínimo, pensó Charles distraído.
-Profesor... necesito que me diga algo- apremió Lola sin reparar en que se había distraído y no precisamente para pensar sobre lo que ella le pedía.
-Si.. eh... si- dijo el levantando por fin la mirada. Aun tenía en su retina la visión de sus enormes tetas casi apoyadas en la mesa suya, y sitió que su pantalón se tensaba levemente.
No podía negar que alguna vez le había excitado alguna alumna, pero de ahí a pesar hacer algo sin ser una fantasía jamás.
-Usted necesita algo, y como sabe en esta vida nada es gratis, señorita Marquez.- dijo su profesor mirándola por encima de sus gafas.
Lola era una joven preciosa. Sus enormes ojos miel le miraban a través de sus gafas de montura fina. Tenía su pelo rubio recogido en un elegante moño, con un par de mechones cayéndole en la cara. Sus labios gruesos estaban apretados , tensos y colorados por la expectación sobre su futuro. A demás esa tarde calurosa de Junio, había ido con una falda suelta bastante corta y sandalias...¿Cómo iba a concentrarse alguien para revisar un examen así?
El profesor Charles se humedeció los labios pensando... ¿Iba a tener el valor de hacerlo? ¿De pedírselo? Se estaba jugando el puesto si lo hacía, y al final para que, ¿Para meterla un día entre unas piernas tersas y suaves?¿Para poder dar un azote, a ese culito respingón que seguro tenía? ¿Para poder estrujar sus pechos enormes contra su cara, respirando el aroma a sexo que desprendería mientras se la clavaba? ¿Cuanto hacía que no echaba un buen polvo? Su mujer hacía tiempo que no le respondía, es cierto que ya no la trataba como antes, y sabía que era por su culpa, ya no la trataba tan cariñoso como antes, pero ella había cambiado desde que supo su infidelidad con aquella camarera...¿Entonces porque sigue con el?
-Profesor... necesito saber algo...-volvió a apremiarle Lola, sin tener ni idea de la batalla que se libraba en el cerebro de su profesor.- Que tengo que hacer para conseguir los puntos, ¿un trabajo?, ¿Otro examen? ¿Algún trabajo para la universidad en verano?
-Yo tenia pensado algo más... inmediato.- dijo el pasandole un formulario que debía de rellenar para solicitar subir nota por un trabajo.
-Lola se apoyó de nuevo en la mesa dejando sus pechos visibles, pero Charles se levanto e hizo como que pasaba al otro lado del despacho en busca de algo en el archivador. Pero cuando paso por su lado, el rozó su paquete con el culo de ella.
Lola se quedo parada, pero continuó, debieron de ser imaginaciones suyas.
Ella seguía rellenando los datos, y el profesor cerro el despacho discretamente. En realidad si quería ella podría salir, pero era para evitar que alguien entrase más bien. No era ningún violador depravado, pero... quería probar si esta chica era como el pensaba...
Cuando volvió a pasar por detrás suya, volvió a rozar su paquete bastante duro ya por su culo, y no siguió, se quedo detrás de ella.
-Profesor!! Que hace!- dijo ella apoyada en la mesa, no había espacio para poder apartarse.
-Tu quieres puntos, y yo quiero algo a cambio. Le recuerdo que mañana tienen que estar los boletines oficiales de las notas en la mesa del decano , y no puedo esperar a confiar que usted haga algún trabajo este verano, pues ya tendría la nota..- al tiempo que hablaba le frotaba su entrepierna en el culo de ella.- Si quieres el punto y medio, y tu beca, dame algo que me convenza.
-Pero...- empezó a decir ella deliciosamente colorada- pero su mujer... si alguien le pilla.. que va a decir... yo...
-Olvidate de la señora Thomnson, y nadie podrá abrir la puerta....- dijo el poniendo sus manos en su cintura.
-La cara de su alumna era la confusión personificada. Por un lado se debatía sobre la decencia y si estaba bien o no, por otro no le volvería a ver, y ella podría optar a la beca para el master en otra ciudad...
-Pero... no se lo dirá a nadie... verdad?- dijo ella colorada y con cara de resignación.
-Claro que no...- añadió el subiendo sus manos hasta las enormes tetas de ella. Empezó a estrujárselas sin dejar de frotarse con ella. Pasaba sus dedos por donde debían de estar sus pezones, que al poco tiempo se pusieron duros a través del sujetador y de la camisa. Unos leves gemidos lanzaba ella.
-La dio la vuelta con fuerza y se tiro a su cuello para besarlo con ansia. Tenía que poseer a esa mujer, tenia que tener esas tetas que no le cabían en las manos, tenia que metérsela.
De un tirón la arrancó los botones de la camisa y le rompió el sujetador dejandole las tetas al aire y bamboleantes. Eran enormes, más de lo que el pensaba.
Ella dio un pequeño grito cuando lo hizo, obviamente pensaba que como lo haría para volver a casa.
-No...-gimió ella cuando el la mordisqueo el cuello sin dejar de manosear sus pezones marrones y erectos.
-Tranquila... te dejare la chaqueta... diremos... que... se te rompió sin querer... y yo amablemente te la deje...- pudo decir entre jadeos.
Su mano derecha seguía acariciando sus pezones con fuerza, pellizcámdolos hasta hacerla salir de su garganta gemidos que probablemente fueran de dolor más que de placer, dejándoselos rojos, pero extrañamente no le apartaba, se dejaba hacer.
-Que tranquila estas...- dijo el levantandole la falda y colandola dos dedos en sus entrañas.- y húmeda, te estas excitando, eh? Zorrita.. eh... porque ahora no me dirás que eso no lo eres... aceptando un premio a cambio de que yo obtenga tu cuerpo...
Ella solo dio un gritito he intento apartarle, pero sin fuerza, solo para hacer una leve queja pero no dejo de humedecerse.
-No... no siga...-gemía ella, pero solo como un decir. Realmente se había humedecido mucho, y en su fuero interno quería saber como era la polla del profesor de Bases de Datos avanzados, como era lo que tenía entre las piernas. Toda la situación la excitaba y a la vez se sentía avergonzada por ello, pero poco la dejo pensar, ya que se apartó de ella solo para volver a darla la vuelta, poniéndola de espaldas a el y haciendo que se tumbara el la mesa, dejando caer papeles, bolígrafos y demás material de oficina.
Sus tetas se aplastaban contra la fría madera, dejando su culo libre.
Ella no vio nada, pero sintió como su profesor le arrancaba, de un tirón sus braguitas y caían por una de sus piernas al suelo. Luego algo que hacía presión contra su sexo... y una barra de hierro entrando dentro de ella. Era.. era muy gorda, no sintió que fuese muy larga pero era tan ancha, que hasta le costo un poco entrar en ella.
-Oh... joder.... que apretado tienes tu coñito...-dijo el abriéndola de piernas, contemplando su culo. La dio una palmada que la hizo proferir un grito. Dejo todo su cachete derecho marcado y rojo.
-La empezó a embestir sin miramientos, muy duramente. Su sexo se tragaba todo su ancho miembro, mientras sus tetas, resbalaban por la mesa. La visión que tenia Thomnson de su polla entrando en ella era mejor que estar en el cielo. Su joven coño seguro que no había recibido nada como aquello, su suavidad y calor eran tan excitantes que necesitaba a veces parar la intensidad para no correrse dentro de ella enseguida. Quería cobrarse punto por punto en su alumna. Ella solo podía gemir pero logro atinar.
-No.. no acabe dentro.. por favor...
-Creía que las chicas de tu edad todas tomabais la píldora esa..
-Yo.. yo no...- dijo, pero volvió a gritar cuando otro azote sintió en su culo.
-No te preocupes, no acabaré dentro...- dijo el jugueteando con la abertura de su ano con un dedo.- Joder... que apretado... a puesto que nunca te la han metido eh.. contestame zorrita...- la volvio a decir dándole otro azote mas fuerte.
-No! -Ella grito respondiendole.
-Eso pensaba yo...-decía el metiendo dos dedos y jugueteando...
La sacó e intentó metérsela por su culito, pero esta vez ella si que gritaba un poco de dolor. La tenía demasiado ancha como para que entrase en aque culito tan virgen,asi que decidió dejar de perder el tiempo y se la volvió a clavar en su sexo de golpe, abriendoselo hasta el máximo.
Ella sentía muchisimo placer, pero a la vez una vergüenza sin límite. ¿Que estaba haciendo?Dejándose follar por su profesor por dos puntos... Pero el hilo de sus pensamientos se cortó cuando sintio que era penetrada con fuerza por el. La mesa chocaba contra la pared haciendo ruidos sordos acompasados. El gemía y murmuraba palabras. Lola solo entendió algo de zorrita de nuevo, o gusta mi polla...
Su duro miembro era como un grueso palo de metal gordo que la abría por dentro... su propio orgasmo a su sorpresa empezaba a sentir... y eso se vio reflejado en sus jadeos y gemidos.
-Oh, te estas corriendo, eh...así me gusta mi pequeña zorra... córrete, vamos, correte con mi polla, te gusta así, eh... te gusta que haya alguien con su polla en tu coño...-iba diciendo el mientras más fuerte se la metía.
Los gemidos de Lola se hicieron muy audibles, pero el se apoyo en su espalda y la tapó la boca para ahogarlos, sin sacársela. Los espasmos de su sexo eran violentos y su orgasmo muy fuerte. Por sus piernas bajaban sus propios fluidos por el orgasmo.
Cuando dejo de gemir se relajo pero su relax no duró mucho.
El se la saco, cosa que hizo sacar otro gritito de su garganta e hizo que se pusiera de rodillas enfrente de el.
Su polla por fin la vio, era gordisima aunque un poco corta, pero con venas palpitantes. Estaba humeda y brillante por los fluidos de ella. Se empezó a estimular el solo, y vio con sorpresa sin esperarselo, como empezó a llenarla de su semen por sus tetas y boca. Para metersela de golpe en sus labios.
Ella tragó todo lo que pudo para no ahogarse con su leche. Estaba caliente y muy espeso. Su sabor era desagradable. Podía sentir como de sus pezones goteaba al suelo parte de esa leche derramada por el.
Miro hacia arriba con su miembro aun en la boca, y el se mordía una mano para no gritar de placer.
Una vez que acabó se la saco de la boca de su alumna y se apoyó en una estantería respirando, aun con su polla fuera y brillante.
-Ha.. ha sido impresionante...- jadeó. En un par de minutos, se volvió a subir los pantalones y se colocó la ropa y el pelo.
Ella seguía en el suelo medio desnuda, y con la ropa rota, muerta de vergüenza, pero sintió como algo pesado caía en sus hombros. Era la chaqueta de su profesor.
-Tienes los puntos que necesitas, ya te puedes ir a casa.
Lola se levantó y se acomodó la chaqueta. Vio su ropa interior en el suelo, y al volverse agachar para cogerla, su profesor fue más rápido.
-Pero tus bragas... me las quedo yo- dijo guardándolas en el bolsillo de su pantalón.
Sin decir una palabra más, Lola cogió sus libros y salió del despacho.
Nunca, ninguno de los dos hablaría con nadie de lo ocurrido. Lola obtendría la beca y haría su máster, pero cada uno aun guardan la ropa que aque día intercambiaron, unas braguitas... y la chaqueta de profesor.
miércoles, 11 de enero de 2012
Reeróticos Saludos!
De momento no está puesta la restrigción para adultos, porque me da error, asi que advierto de su alto contenido erótico.
jueves, 3 de marzo de 2011
Como en un disco de KISS
Como en un disco de KISS
Llovía, pero eso no la impidió llegar con la mochila hasta su casa. Tenía las botas de cuero caladas, la camiseta sin mangas blanca con un puño americano negro en la delantera tapaba lo que la imaginación debía descifrar, ya que a causa del agua se trasparentaba. La falda negra y corta enseñaba unas piernas bonitas y jóvenes, pero igualmente mojadas.
Beth estaba delante de la puerta. Había llegado al pequeño chalet cerca del mar tras caminar durante 1 hora y la había pillado la lluvia a medio camino. Era raro que lloviese pero el chaparrón la dejó calada.
Su largo y negro pelo le caía húmedo por la cara, enmarcando una tez blanca, con unos enromes ojos negros y unos gruesos labios rojizos y turgentes.
Debía de medir un metro sesenta, y tenía un pecho perfecto. Ni muy grande pero tampoco muy pequeño.
De su mp3, con los auriculares puestos en el cuello sonaba Hotter Than Hell de KISS a todo volumen.
Llamó a la puerta un par de veces y espero. A los dos minutos un hombre abrió la puerta y compuso una cara de grata sorpresa.
- Beth!!- dijo el abrazándola.- Pero estas boba?, por qué no me has llamado! Estás empapada!
- Es que.. no sabía a donde ir a estas horas...-dijo ella devolviéndole el abrazo que duró más de lo que una amistad permitía.
- Pasa, te daré una toalla para que te seques.. ¿pero que te ha pasado?.
- Gracias Paul...-dijo ella pasando a la casa. Un bonito y modesto chalé cercano al mar.- Pues... que me he ido de casa por fin. No aguantaba más a mis tíos, así que me han invitado, más bien, de modo muy...amable, a irme de su casa como una desagradecida que soy...- dijo ella mirando al suelo torciendo el gesto.
- No te preocupes, puedes quedarte en mi casa siempre que quieras, déjame que te ayude con la mochila.
Paul tenía unos 36 años, y aunque Beth solo tenia 22, tenían muy buena amistad. Estaba divorciado y vivía actualmente solo en su chalé. No tenia hijos a los que cuidar por lo que como le gustaba a demás su trabajo podía permitirse pasar mucho tiempo fuera de casa. El dinero que ganaba lo invertía en su pequeña... es decir, en su Harley Davidson, una moto con nombre, y que merece la pena decir que tienes una Harley, y no una moto. Pablo era moreno y sacaba una cabeza a Beth. A demás era muy musculoso, poseía unas grandes y anchas espaldas a juego con sus brazos. Sus ojos eran verdes claro y tenía una sonrisa entre burlona y encantadora. El pelo negro con canas prematuras lo tenía rapado a excepción de una cresta que le caía un poco por la espalda.
Paul fue al baño tras dejar la mochila en la mesa, y la trajo una toalla.
- ¿Que ha sido esta vez?- preguntó Paul mientras la miraba como se secaba la cabeza.
- ...Lo de siempre, el problema es que ya les he puesto firmes a todos, sobre que era una injusticia, así que me han dicho que es su casa, son sus reglas y si no me gusta...pues que me largue..-dice ella sentándose en una silla con aspecto cansado.
- Pues tu no te preocupes nena, te quedas en mi casa el tiempo que haga falta, ¿me oyes? ¿Tienes ropa seca?
- Que va... me dejé toda la ropa excepto cuatro cosas en su casa... iré mañana a buscarlas, pero no me dio tiempo a recoger.
- Pues te dejo yo algo, vete a darte una ducha y te hago la cena.
Cuando Pablo se levantó, Beth le cogió del brazo y mirándole con una sonrisa de agradecimiento le dio un apretón con el que expresaba muchas cosas.
Éste le besó la frente y se fue a la cocina.
Beth entró en el baño y cerro la puerta, puso la radio... Calling Dr. Love. Sonrió. Se desprendió de la ropa mojada. Las botas, calcetines, la falda y la camiseta empapada.
Se quedó con un tanga negro y rojo, y un sujetador a juego. La piel de sus pechos estaban erizados por el frío del contacto del suelo, así como sus pezones, que los sentía duros contra la tela del sujetador.
Abrió la llave del agua, y esperó a que se llenase un poco, para despojarse de la ropa interior.
Mientras seguía llenándose, se miró al espejo. Beth tenía un cuerpo joven y bonito. Sus hombros blancos cual muñeca, sus labios rojos destacando en su blanca piel, las aureolas de sus pezones eran marrones oscuras, su pubis estaba depilado a excepción de una coqueta X que se había hecho de forma divertida.
Se dio la vuelta y contempló el cuerpo atlético que le devolvía el reflejo del espejo. Su culo no era muy pequeño, de echo tenía caderas y un culo carnoso, pero encantador, de los que te dan ganas sin remedio para pararte, de coger con ambas manos.
El calor del agua inundó el baño, y Beth decidió que ya estaba lista para entrar.
Se sentó y empezó a frotarse con las manos el cuerpo para extenderse el jabón que había cogido de una esquina de la bañera. Primero se lavó el pelo, y luego pasó las manos enjabonadas por los hombros, brazos, pecho... dejándose de nuevo los pezones duros y sensibles, luego por el vientre.. se puso de pie y se enjabonó sus partes íntimas con caricias suaves, para acabar con las piernas. Cuando acabó se tumbó de nuevo y se quedó ahí, entre la espuma y el agua un rato...
Cuando el agua se volvió más tibia se levantó y tras aclararse cogió un par de toallas, se secó y se las enrolló al cuerpo para salir al salón.
-Paul... me puedes dejar la ropa limpia?- pregutó Beth tímidamente asomándose.
Paul se dio la vuelta y se la quedó mirando unos segundos antes de responder.
-Si, está encima de esa silla...
-Gracias.
Se cambió de nuevo en el baño. Era una camisa negra de botones larga. Cuando acabó salió y se sentó a la mesa. Había preparado un par de pizzas.
-Gracias, de verdad por todo lo que estas haciendo por mi...
-No te preocupes cielo, para eso están los amigos.
La cena transcurrió sin ningún incidente, pero las miradas de deseo volaban por la mesa por parte de Paul. Love Gun sonaba de música de fondo de la minicadena acompañando la velada.
Cuando ya era muy de noche, Pablo anunció que se iría a acostar, al día siguiente trabajaba, y que ella podría dormir en la habitación de invitados.
El tiempo empeoraba por minutos, los rayos y los truenos no cesaba y el viento y lluvia golpeaba contra los cristales. Beth se encontraba encogida entre las sábanas... no era invierno, pero aquella noche hacía frío, así que se levantó y buscó una manta. No la encontró.
Despacio fue a la habitación de Paul, la abrió con cuidado.
-¿Paul?
Pablo abrió los ojos y se encontró a Beth solo con su camisa puesta, sin nada más, con su largo pelo suelo por los hombros mirándole desde la puerta.
-¿Si?- preguntó dando gracias a que la colcha tapaba su erección espontánea.
-Tienes una manta de sobra? Hoy hace algo de frío...
-Si.. claro...- dijo incorporándose mientras se preguntaba como iba a hacer para que no se le notase su abultado miembro bajo sus boxers.
La camisa de Beth se le resbaló por un hombro, insinuando sus pechos. Los pezones se le notaban bajo la camisa erigidos y duros. El miembro de Pablo empezó a crecer y a palpitar. La miraba y necesitaba tumbarla en su cama y follarla hasta que los gemidos de su garganta fueran más altos que los truenos de aquella noche. Quería acariciar aquel cuerpo joven de 22 años. Quería perder su mano por el sexo de ella, acariciarle los muslos y saborear el delicioso néctar que manaría de entre sus piernas. Quería tener en sus labios aquellos pechos firmes, quería retorcer entre sus dedos esos pezones tan duros que se adivinaban de debajo de la camisa.. La necesidad era más fuerte que el. Así que se levantó, fue hasta ella, y la arrinconó contra una pared.
-Paul... Paul... ¿que haces?- preguntó ella intentando apartarle sin conseguirlo. El era casi dos veces ella. Sus fuertes y recias manos la tenían aprisionada contra la pared.
-Joder Beth... no lo puedo resistir más. Desde el día que nos conocimos, me has gustado, y tenerte medio desnuda en mi casa, es más de lo que yo pueda aguantar.
Beth notaba el duro miembro de el contra ella, y se estremeció.
-Pablo... no lo hagas...- dijo ella con voz ahogada mientras el la besaba el cuello y metía las manos entre su camisa para acariciarle sus tetas.
-¿Por que no, Beth? Por que yo te deseo, y lo sabes, si no, no habrías entrado en mi habitación así.
- No es eso... es que yo... nunca..- comenzó a decir ella.
Pablo se apartó un poco.
-Tu nunca has estado con un hombre?- preguntó muy sorprendido. La manera de ser de Beth, sus comentarios, su vida en general, daban a entender que Beth era muy suelta en el sexo, y que a demás podría haber estado con cualquier tío que se le pusiera en su camino.
-No...-dijo ella girando la cabeza roja de vergüenza. –Nunca... Siempre he dado largas o solo nos masturbábamos con mis otras parejas.. pero yo.. no... bueno... nunca encontré al adecuado...
-Pues esta noche, vas a ser mía, Beth, por que si no perderé la cabeza por ti, y dudo que pueda volver a recuperar mi cordura. Esta noche te voy a hacer el amor de tal manera que nunca podrás olvidar el momento en que te penetre y te embista, gemirás entre mis brazos como si no hubiese mañana, y me pedirás que te llene entera a gritos, me suplicarás que mi polla nunca salga de ti, y que permanezca toda la vida dentro tuya, llenándote una y otra vez entre tus gritos y sudor del placer que te voy a dar... Beth...
Beth le miraba roja y muerta de vergüenza, con los brazos encogidos en su pecho, pero las palabras de Paul habían hecho mella en ella, y notaba la humedad entre sus piernas y una excitación que le hacía cosquillas en su sexo.
Paul la tomó de la cara y la beso con fuerza y pasión. Bajó las manos por el cuello de la camisa, y de un tirón arrancó los botones dejando ver su cuerpo joven y desnudo delante de el. Se a comió con los ojos. Ella intentaba tapar su desnudez con los brazos inútilmente.
- Déjame verte bien...- dijo el cogiéndola de los brazos y apretándolos contra la pared abriéndola de brazos. Su miembro se ponía más duro aún por momentos, le palpitaba bajo los boxers, le pedía a gritos que se adentrase por el sexo de ella.. por esa X negra que marcaba el ansiado tesoro de el.. un tesoro jamás tocado por otra polla, pero que será suyo. La cogió en brazos y la tumbó en la cama soltándola. Paul nunca se había caracterizado por la suavidad ni por la sutileza, aunque ninguna de sus muchas amantes se había quejado...
- Paul... no... no estoy segura...- pero Paul la cogió de las piernas, la echó hacia tras, se las abrió y metió su cara en el sexo de ella. Estaba húmedo, es decir que en el fondo la situación la había puesto muy cachonda, por lo le animó a seguir... y pensaba llegar muy lejos. Beth sería suya.
- Me vas a rogar que te la de, nena...
- No... Paul...- dijo ella hasta que el rozó con su lengua los labios de ella. Su sexo era rojizo y húmedo. Con un clítoris que sobresalía un poco cual montaña en una llanura. Se lo metió en la boca absorbiendo y lamiéndolo con la lengua. Ella cerró las piernas en torno a su cara e intentó alejarle con los brazos.. pero el la tenía bien apresada con sus brazos y su boca, así que el esfuerzo fue en vano. La lamía como si fuera un helado que se derritiese por el calor, hacía círculos entorno a su agujero y bajaba la cabeza hasta la entrada de su ano, levantándola del curo para lamerla también por ahí. El se relamía con los fluidos de ella que le empapaban la boca y las mejillas. Sus negativas dieron paso a gemidos de placer.
- Ven...-murmuró el levantándose. Se bajó el boxer y le enseño su miembro ergido totalmente. Era muy muy ancho y aún más en la base. No muy largo, pero era un tronco, un ariete...¿Cómo le iba a entrar por ahí?
-Acércate.. –dijo el tomándola suavemente de la cabeza.
Beth se agachó y le miró con temor. Aquello pretendía clavárselo!! La primera vez!!
-Lick it Up- dijo el. Beth sonrió. Era una cancion de KISS, pero su significado, lámelo, era el ideal para la ocasión.
Con temor abrió la boca y le dio una lametada. Tenía un sabor un poco fuerte, pero no era desagradable. De la punta salía un líquido brillante, que decidió limpiar con su lengua. Poco a poco fue lamiéndole más y más, hasta que se la metió en la boca, no sin cierta dificultad. Movía la cabeza a ritmos rápidos, sintiendo la punta rozar su campanilla.
-Para...-gimió el.- Para... o me voy a correr en tu boca..
Pero ella no paró, se la puso entre las tetas y empezó a masturbarle con ellas hasta que un chorro caliente se derramo por ellas.
Sin embargo, las manos de Paul la agarraron de la cara e hicieron que se la metiese en la boca de nuevo, para darla toda su leche hasta el fondo. Ella abrió la boca y empezó a llenarse la boca con su esencia, hasta que empezó a rebosar por las comisuras de la boca... En la última embestida acabó por llenar entera su boca... y se lo tragó.
- Creo.. que he vuelto a cenar...-dijo ella sonriendo limpiándose las comisuras- Pero.. te la voy a acabar de limpiar- añadió volviéndosela a meter en la boca. Y Paul sintió que se la volvía a poner dura rápidamente.
-¿Que te creías, nena, que esto me iba saciar?- preguntó Paul sudando un poco y e irguiéndose.
-Si...- dijo ella con una sonrisa de culpabilidad, pero sin dejar de masturbarle con las manos.
El la paró y la obligó a tumbarse y a abrirse de piernas.
Alargó el brazo y puso a reproducir un CD .Dirty Livin´ comenzó a sonar.
Paul se puso entre sus piernas, de rodillas. Ella le miró con cara de preocupación.
El cogió con la mano su miembro y rozó su sexo con suavidad... poco a poco, centrándose en su clítoris. Ella vovió a humedecerse. Se inclinó hacia ella tumbándose encima suya un poco y metió un pezón en su boca. Eso le volvió loco. Su pezón se puso duro en su boca, y lo empezó a mordisquear. Ella le abrazó y se movía rozándose con el. En un movimiento que ella hizo, el se la colocó en su apertura y.. embistió con fuerza. Notó que algo se rompía y lograba atravesar. Ella gritó, pero acto seguido sus gritos se convirtieron en gemidos cuando el atravesaba su estrecho hueco con su ancha verga.
-Paul!! Me vas a romper en dos!- gritó ella. Su sexo se tragaba toda la ancha polla de el. Se había abierto mucho para tragarse todo aquel miembro. El notaba como la cavidad se la apretaba, era muy estrecha, pero eso no hizo que se parase. Cuando más gritaba ella, más embestía el. Hasta que sus testículos la golpeaban con violencia.
-La notas Beth? Notas como crece y crece dentro tuya? Esta vez te voy a llenar tu dulce coñito, te lo voy a hacer rebosar de mi esencia.
Ella se arqueaba, gimiendo sin parar. Sus gemidos casi ahogaban la letra de la canción que resonaba por toda la habitación..
Salió de ella y la dio la vuelta de un movimiento. La apartó las piernas, la levantó por las caderas un poco y se la volvió a meter. La postura hacia que ella fuese más estrecha aún, y costaba más metersela.
-Pau!!!!!!!!!! AH!!!!!!!!!!!!- gritaba ella mientras sentia como la verga de el se iba abriendo paso por dentro de ella. La mano libre de Paul agarró una de las tetas de ella sintiendo como se movían con velocidad con cada embestida de el.
-¿¿Te gusta, Beth?? dijo el sudando encima de ella.
-Me encanta! Oh joder, sigue follándome Paul, por favor, sigue y no pares!
Ella se mantuvo a cuatro patas mientras el seguía. Se la sacaba hasta casí la punta, y se la metía hasta el fondo de golpe en su dilatado agujero. Con la mano de la cadera , la deslizó hasta su clítoris. Ella le facilito el paso abriéndose de piernas un poco, y empezó a masturbarla al tiempo que la seguía follando.
Paul sintió que el sexo de su amiga se contraía en los espasmos del orgasmo, así que apretó el ritmo y empezó a correrse dentro de ella. A pesar de haber descargado en la boca de Beth anteriormente, Paul notó como su polla expulsaba gran cantidad de semen. Los dos gemían y gritaban, hasta eclipsar el sonido de la tormenta y de la música.
Una vez que acabaron el se tumbó encima de ella sin sacársela para besarla por el cuello y hombros apartándola el pelo mojado por el sudor.
-¿Que te ha parecido?
-Como una buena canción de Rock del duro.- dijo ella con una sonrisa complacida.
El sonrió y salió de ella.
Una mezcla de su semen y de la sangre salió un poco de ella.
-No me ha dolido tanto como pensaba...-dijo ella tocándose un poco.
-Sabes que? Ya que me pongo a estrenarte... creo que lo siguiente será tu culo..- dijo mirándolo.
Ella se giro y dijo:
- Rock Bottom, baby...