viernes, 11 de junio de 2010

Raven, la Esclava.


Capitulo 1.

El cobrizo pelo de Raven caía en suaves ondas por su desnuda y bronceada espalda. Estaba enfrente de un hombre de unos cuarenta y muchos años, con una barriga incipiente, pelo en el pecho, una barba bastante cuidada y cuyo pelo recordado y canoso estaba recogido en una ornamentada coleta.

Estaban en el establo de los terrenos de la casa del hombre, el Marques de Hamburt. Un lugar hecho por manos fuertes de madrera, lleno de paja, con suelo de piedra y arena de dos pisos. Estaban en la parte de arriba intentado esconderse de su mujer.

El miraba con ojos llenos de lujuria y lascivia el joven cuerpo de 20 años de Raven. Una aldeana de su marquesado, cuya familia trabajaba en los campos de el como agricultores y ganaderos. Desde hacia un año y medio, ella trabajaba como sirvienta de la mujer del Marques por orden de el. Cuando posó sus ojos en la chica una tarde, cuando volvía de un viaje por todo su Marquesado, comprobando que sus defensas seguían en buen estado, se encaprichó de su juventud y de los pechos perfectos que se insinuaban por la parte de arriba del corpiño de tela de su vestido de campesina.

Nada más llegar a su casa, dijo a su mujer que necesitaba una criada más joven e inmediatamente la hizo llamar. La familia de Raven estuvo encantada y disputa a que ella trabajase para la Marquesa, por lo que tres días después ya estaba en la gran casa de los marqueses de Hamburt y en una semana el Marques estaba entre sus piernas.

Al principio Raven se había mostrado muy reticente a mantener algún tipo de relación con su amo, pero por las monedas que siempre dejaba caer el marques después de sus encuentros y lo fogoso que podía llegar a ser, acabó aceptando.

Esa tarde había citado a Raven en el establo, cuando ya los mozos que cuidaban de sus caballos se habían ido a descansar con sus familias. Nada mas verla sintió como la parte central de sus pantalones se tensaba casi dolorosamente. Había pasado mas de un mes de su último encuentro a causa de unos viajes, y necesitaba con urgencia poseer de nuevo su suave y lujurioso cuerpo, enterrar su cara entre las piernas de ella, y volver a aspira el joven aroma del sexo de ella.

Nada más llegar, la ordenó que se desnudase. Ella despacio, se fue quitando la ropa, hasta quedar totalmente desnuda. El se aproximó hacia ella, y empezó a rozar con sus dedos los pezones sonrosados hasta que se pusieron de punta. Ella se dejaba hacer. Sabía que no servia de nada evitarlo, así que simplemente disfrutaba. Con el tiempo se había hecho bastante adicta a esas visitas. El hombre la complacía, y ella ganaba dinero.

- Te había echado de menos...-le dijo el agachándose un poco para lamerle las tetas. Pasaba la lengua entre sus dos pechos, y luego haciendo círculos, llegaba a los pezones erectos para mordisquearlos y lamerlos con la punta de su lengua. Sabía que eso la volvía loca, y ella no se hizo esperar, en cuanto bajó la mano al sexo de la chica, ya estaba húmedo. Mientras se centraba en uno de sus pezones, la mano del Marques se perdía entre la humedad de ella, metiendo un dedo y sacándolo. Raven echó la cabeza hacia tras, con una sonrisa placentera bailando en los labios, mientras le acariciaba la nuca.

- Te gusta, verdad que si niñita?- la dijo el sin sacar el pezón de la boca.

- Sabes... que me encanta...- contesto ella ronroneando de gusto.

- Me has echado de menos...?

- Si

- La has echado de menos, mi zorrita favorita?

- Mucho mas aún-contesto ella vibrando sabiendo lo que iba a sentir.

El se levantó e hizo que se arrodillara delante de su dureza palpitante. Se desabrochó los pantalones verdes de seda cara y se sacó su miembro. Era bastante ancho, aunque no muy largo, pero lleno de venitas hinchadas .A Raven le gustaba aquella verga porque no la hacía daño, ya que no era muy larga, pero la daba mucho placer al sentir la en su interior tan ancha.

- Vamos...salúdala..- dijo el con ganas, y dicho esto se la metió en la boca con un movimiento de cadera. Ella abrió la boca para contestar pero justo la recibió de lleno. Le empezó a saborear con verdadero ansia. La sujetó por la base, para moverse a ritmos cortos y rápidos, pasando la lengua por toda ella. Se la sacaba y la lamía como si fuera una manzana caramelizada de las fiestas de la aldea. Cuando el sentía que ya no se podía contener más, la sacó, se puso por detrás suya y haciendo que se agachase, se la metió fácilmente. Notaba que entraba y salía de su apretado sexo fácilmente a causa de lo mojada y caliente que estaba su muñequita. La cogió de las caderas y empezó a embestirla con bastante fuerza. Ella soltaba grititos ahogados sintiendo como su ancho miembro se introducía en ella, abriendo su interior con placer. El se apoyó en su espalda y con una mano, la pellizcaba los pezones, mientras que la otra seguía apoyada en la cadera de ella. Al hacer eso, Raven se volvió loca de placer, por lo que sintió que el ansiado orgasmo acudió a su interior con altos gemidos, que hicieron que su amo sintiese también que estaba apunto de acabar. La sacó justo a tiempo, la dio la vuelta bruscamente y se la metió en la boca en el preciso momento que su leche caliente y abundante inundó la boca de ella. Se le derramó un poco por la comisura de los labios, pero pudo tragar casi todo su semen.

Cuando acabó se apartó de ella sudando y respirando entrecortadamente.

- Oh! Raven.. cada día lo haces mejor...-comentó el sonriente y satisfecho. Era mucho mejor que estar con su mujer. Ella sonrió arrodillada mientras se limpiaba la boca.

- Te he traído un regalo...-dijo sacando un collar de plata, con una piedra preciosa en el centro.

- Oh! Mi señor! Muchas gracias!-dijo ella acercándose a su amo gateado cual gatita en celo al ver aquel obsequio- La próxima vez, me lo pondré para que me..-empezó a decir, pero se quedó callada. Fuera se escuchaba ruidos de gritos y crujidos.

- Alguien te ha seguido!!!??-preguntó el apartándola y levantándose de un salto.

- Nadie me ha seguido!!-exclamó ella indignada vistiéndose- No soy estupida, si su mujer nos pilla, la que lo pagará soy yo.

Se abrochó el pantalón y bajó al piso de abajo del establo por la escalera. De un golpe abrió la puerta y vio en el horizonte las luces del fuego, con gritos de múltiples gargantas.

Raven se visitó con la falda, y el corpiño encima de la blusa. Bajó por las escaleras con cuidado de no tropezarse con la tela se puso al lado de su amo.

Se quedó boquiabierta al ver la escena. La aldea ardía, y voces con ruidos de cascos se acercaban a la casa del Marques y su esposa.

- MIERDA! – gritó el y salió corriendo en busca de su guardia dejándola sola. Raven se quedó sola, y de pronto sintió un miedo que le recorrió el cuerpo, salió corriendo en busca de su familia. Con las prisas, se fue descalza, dejando los zapatos en el establo, por lo que el suelo y las ramas caídas magullaban sus pies descalzos.

Tras diez minutos corriendo sin pararse a tomar aliento, llegó a la aldea. Era un caos. Todas las casas de madera, paja y adobe estaban ardiendo por los tejados. Los aldeanos corrían despavoridos por todas las direcciones buscando agua para apagar sus casas, para buscar refugio o para huir de unos hombres que montaban a caballo. Ella pasó desapercibida entre tanto caos, y se dirigió a su casa. Encontró la puerta abierta de par en par y todo tirado por el suelo. Las cacerolas, platos, sillas, ropa... todo, pero no encontró ni rastro de sus padres y sus dos hermanos.

Justo cuando se iba a dar la vuelta sitió un empujón y calló dentro de la casa.

- Vaya, vaya, mira que tenemos aquí...-oyó decir una áspera voz a su espalda. Se dio la vuelta en el suelo y vio en el umbral de la puerta un hombre vestido de cuero y tela, con una espada en la mano.- Mira Warren, que nos trajo el fuego...

- Que niñita mas guapa...-comentó el tal Warren entrando en la casa. Raven estaba aterrada.- ven preciosa, vamos a jugar un rato juntos...- y el hombre se echó encima de ella, intentando arrancarle las ropas y manoseándola en su intento. La agarró de un pecho rasgando un poco la blusa y empezó a frotarse contra ella en el suelo. Ella intentaba agarrar su ropa, para que no la rompiese con frenéticos movimientos, pero se quedó un segundo parada cuando sintió la mano callosa y áspera de aquel hombre colándose por sus piernas. Seguía algo húmeda a causa del encuentro con su amo, pero para el significaba que estaba deseando que se la follase en el fondo. Sin sacar la mano, pasó la lengua por su pecho deleitándose.

- Ahora vas a comprobar lo que es una buena poya, seguro que nunca has sentido anda igual...-y dicho esto se levanto para bajarse los pantalones.

Ella se revolvió, y hábilmente le dio una patada con el talón en su entre pierna. Este hecho hizo que se quedase doblado por el dolor y se cayese hacia un lado encogido. Raven se levantó y le lanzó al otro una sartén que estaba cerca suya , dándole en la cabeza sin que tuviese tiempo de reaccionar por la sorpresa.

Ella aprovechó para salir corriendo por encima de ambos hombres. En su huida, se cruzaba con otros hombres armados encima de caballos y con aldeanos que gritaban despavoridos intentando ya huir al bosque olvidando sus casas para poner a salvo su vida. Cuando Raven estuvo a punto de salir de la aldea, notó un fuerte golpe en la cabeza y cayó al suelo. Antes de desmayarse por la conmoción, oyó unos pasos, y sintió que la elevaban y la montaban en un carro de madera.

No supo cuanto tiempo estuvo inconsciente, pero cuando despertó, ara su sorpresa aun llevaba la ropa puesta. Estaba tumbada en una carreta tirada de dos caballos, con cuatro personas mas. Dos chicas jóvenesde su aldea y dos chicos, uno que no tendría mas de 17 años y un hombre muy atractivo de unos 30. Todos ellos atados y esposados como ella. Los que conducían la carreta eran dos de los hombres que habían estado en el asalto a la aldea. Un hombre negro y fornido, y otro hombre con el pelo corto y perilla. Ambos iban bien armados y de vez en cuando miraban a los prisioneros con sonrisas enigmáticas. Cuando el negro miró hacia tras reparó que Raven había despertado.

-vaya, la dormilona ya ha desperado. Buenos días pelirroja.

- Donde...a donde vamos?? Y quienes sois?-dijo ella incorporándose todo lo que le permitían las cadenas. Dio un tirón y se fijó que estaban enganchadas a una argolla en el centro de la carreta.

- Calma, no queremos que te magulles...

- A DONDE VAMOS?-grito ella con fiereza.

El hombre de pelo corto paró a los caballos y se giró con gesto amenazador.

- Mira niña, cierra la boca. Cuando llegues lo abras si no quieres perder tu bonito cuello, y créeme que no queremos porque eso ocurre, no cobraremos por ti. Y lo mismo va para el resto.

Siguieron el resto del camino en silencio, pero sin dejar de intentar huir fracasando en su empeño. Tras una tarde de viaje, al anochecer llegaron a una ciudad con una gran empalizada de madera. Sus portones se abrieron para dejar paso a la carretilla. Raven supuso que estaban fuera de los dominios de su amo... ¿ Que habría sido de el?

Poco pudo seguir pensando, porque en cuando llegaron se distrajo entre todo el gentío que había allí dentro. Pero se dio cuenta que la ciudad era un poco diferente a las que ella recordaba. La gente vestía muy ligera de ropa. Las mujeres exhibían exuberantes pechos con múltiples y exóticos adornos traídos de tierras lejanas, los hombres ataviados con poca ropa también no perdían la oportunidad de probar los deliciosos manjares que ellas ofrecían. Otros iban tapados y algunas chicas iban recatadamente provocativas. A pesar de las horas tan tardías, las calles estaban tan concurridas que costaba avanzar, pero pronto llegaron a un lugar parecido a un coliseo, aunque desde la posición de Raven solo se veía la parte de arriba de los asientos. Un hombre calvo y barrigudo, con apretada ropa de color rojo sangre les atendió en la puerta. Tras hablar brevemente les indicó a los dos hombres que bajasen a la mercancía, cogíendoles de de las cadenas e introduciéndoles por una puerta secundaria e aquel especie de coliseo.

Raven y el resto no habían hablado en todo el trayecto, pues ansiaban saber cual serían su destino.

El hombre se sentó detrás de una mugrienta mesa y les observó .

- 100 monedas por todos.-dijo el hombre calvo.

- 100?? Solo 100? 200

- Jajaja, estos mercenarios siempre tan graciosos...-dijo el hombre calvo haciendo un gesto desdeñoso con la mano.

- 200 o nada.

- 140 y esta noche gratis y derecho a apuesta , y es mi ultima oferta.

Los mercenarios tras un momento de duda aceptaron. Ni Raven ni el resto sabían a que se podía referir.

- Ya sabéis donde tenéis que ir..-dijo con desdén el hombre y ambos desaparecieron por un pasillo.

- Bienvenidos a los cinco. Soy el señor Bobertus Martle , pero podéis llamarme Bob. Os preguntareis donde estáis. Pues bien, tengo el placer y nunca mejor dicho, de deciros que habéis sido vendidos, y a muy buen precio, a los La casa de los Juegos.- Explicó Bob pero los cinco le miraron sin comprender.- No se si os habéis dado cuenta, pero esta ciudad no es una ciudad normal. Tenemos el secreto beneplácito del rey, el cual viene con bastante frecuencia. Y va a venir a veros a vosotros, a los jugadores. Es decir, para que me entendáis mejor, vosotros, seréis esclavos de los Juegos. Si conseguir ganar 20 veces conseguiréis la libertad y volveréis a ser libres.... pero estos juegos son, algo diferentes a los que se narra en los antiguos textos rescatados de la mismísima Alejandría...-dijo Bob señalando a un cofre cerrado con un pesado candado.

Tras decir esto les condujo a unas celdas situadas a dos niveles más abajo. Realmente no les había quedado muy claro lo que eran los juegos y su papel en ellos, pero ni Raven ni ninguno de los otros esclavos estaba muy convencido de querer saberlo. Si no hubiesen estado tan nerviosos habrían reparado en el espectáculo que ocurría a su alrededor en alguna de las celdas. Una vez dentro de las celdas individuales, Bob les cerró la puerta tras ponerles unos collares metálicos finos con números. Raven echó un vistazo a su nueva habitación. Estaba muy mal iluminado por las teas que ardían a lo largo de las celdas. Había un camastro de paja y piedra para dormir y poco más. Pero oyó un fuerte gemido y un golpe. Raven se giro y vio al mercenario negro en la celda de enfrente, encima de una mujer que estaba tumbada en la cama de paja, boca arriba follandola salvajemente. Raven no podía dejar de mirar la escena. El estaba encima de ella, moviéndose con movimientos rápidos con los pantalones medio bajados. Sus fuertes y grandes músculos relucían perlados de sudor mientras se movía uniendo sus jadeos a los gemidos de la mujer de morena de pelo rizado que tenia debajo.

- vamos cariño... estabas deseando que volviese...

Ella no decía nada. Pero le miraba con rostro encendido...aunque a los segundos desvió la mirada hacia Raven y sonrió.

-Parece que tenemos espectadores...Ted..

El hombre negro llamado Ted se giró sacándosela y mostrando a Raven su enorme y negra verga. Estaba húmeda y brillaba a la luz las antorchas. El sonrió de lado, e hizo poner a la chica de rodillas apoyada en la pared, de manera que Raven tenía toda la escena muy explicita ante sus ojos. Ted la agarraba de las tetas con fuerza mientras se la sacaba casi entera y se la metía con un golpe húmedo hasta los oscuros huevos de el. Ella cuando hacía eso daba un gran gemido. Ted la poseía de una manera muy primitiva. Una de sus grandes manos estaba agarrada al cuello de ella de manera posiesiva, y la otra mano, se había colado por el sexo de ella, moviendo algunos dedos con habilidad. Los voluptuosos y grandes pechos de ella se balanceaban al ritmo de las envestidas de el hombre, rozando los pezones la pared.

- Te gusta, pelirroja?, te gusta lo que le hago?

Raven estaba húmeda, de eso no le podía caber la menor duda. Realmente deseaba dejar de mirarles, pero de una manera primaria sentía que se ponía muy caliente, e hizo un gran esfuerzo para no llevarse una mano a su sexo para aplacar la excitación.

El hombre negro cambió la postura. Sacó su enorme verga e la mujer, y se tumbo boca arriba en el camastro de paja. Ella, totalmente desnuda a excepción del mismo collar de Raven, se puso encima y empezó a cabalgarle. El le daba azotes en el culo, con bastante fuerza, y cada vez que lo hacia ella soltaba un gritito. Raven se moría de ganas de estar encima de el, pero al mismo tiempo deseaba que parasen.

-Acostúmbrate princesa, porque esto te va a ser muy útil en lo que te espera...-dijo ella con voz sensual entre gemidos. EL levantaba las caderas para metérsela hasta el fondo. Era hipnótico ver como en el sexo de ella se tragaba aquel falo negro y grueso, como los labios de la mujer devoraban todo sin apenas dificultad.

-Bájate-le ordenó el con un jadeo, y ella saliendo de el, se arrodilló delante de el, y Ted sin poder evitarlo aunque hubiese querido, empezó a bañarla en blanca, espesa y abundante leche. Caía en sus pechos, resbalándose perezosamente entre las tetas. También la dio en los carnosos labios de ella. Mientras el la bañaba en sus semen ella había bajado una mano a sus sexo y la movía frenéticamente hasta que ella también llegó al orgasmo.

Cuando ambos acabaron, la mujer estaba brillante a causa del líquido y el hombre exhausto. A duras penas se levantó, se subió los pantalones y se marchó de la celda de la mujer, dejándola sola de nuevo antes de limpiarse. Ella se levantó y miró a Raven con una sonrisa ladeada. Se limpió, se vistió con las ropas que estaban en el suelo y se acostó. Pero antes de dormirse, miró a chica que aun estaba en la misma posición.

- Buenos y húmedos sueños, Princesa...hasta mañana...- y dicho esto se dio la vuelta y se durmió dejando a Raven con la mayor excitación que hubiese sentido antes.

lunes, 7 de junio de 2010

Erotic Night with Two Rockers Girls and One Surprise


Erotic Night with Two Rockers Girls And One Surprise

Los gritos de los fans llenaban todo el estadio. El sudor y el calor se cernía sobre todos los presentes. La excitación por el ansiado concierto de Rock era palpable por todos los rincones de la abarrotada sala. En un punto central de la sala, estaban dos chicas gritando con todas sus fuerzas una de las últimas canciones, sin dejar de saltar. La más baja era una chica rubia con cresta larga. Tenía un código de barras tatuado en la parte de atrás de la nuca. Una camiseta rota que le caída de lado, y una camiseta debajo sudada y pegada al cuerpo la cual dejaba adivinarse unos voluminosos pechos. Llevaba unas botas militares encima de las medias rajadas y pantalón corto. La otra chica era morena y con el pelo muy largo y pegado un poco a la cara debido al calor. A diferencia de la rubia, ella vestía unos pantalones de cuero y una camiseta del grupo muy corta, que dejaba ver un tatuaje de un dragón que le recorría la espalda.

Aunque parecía que estaban solas entre toda la gente, iban acompañadas por dos amigos de la chica rubia y su novio. La morena había ido a pasar el fin de semana en su casa, con la excusa de que quería ir a ver al grupo de música.

Después de otra canción y un par de bises más el concierto finalizó.

- Buff, ha sido memorable-comento la morena echándose el pelo hacia tras para ver si así notaba algo de frescor en la cara.

- Totalmente...-añadió la otra intentando abrirse paso entre la masa de gente que se dirigía a la salida. El novio y los amigos las seguían detrás. Uno de ellos no paraba de mirar a la morena con intenciones bastantes claras, pero ella no había dado muestra alguna de querer algo con el.

- Eh! Chicas, vamos a pasar por el tigre antes de salir-dijo el novio de la rubia. Así que se desviaron un poco y se dirigieron a los baños.

- Vamos a entrar nosotras también, que hasta que lleguemos a casa queda u rato-dijo la rubia desviándose un poco más en dirección al baño de mujeres. La morena iba detrás.

Después de entrar la morena, pasó la rubia y ésta aprovecho la espera para mojarse la cara un poco. Al levantar la vista, vio a través del espejo a su amiga, que la miraba con cierta sonrisa juguetona desde el quicio de la puerta del baño.

- Entonces te ha gustado el concierto?

- Mucho-contesto la morena dándose la vuelta y apoyándose en la piedra del lavabo.

- Sabes que puede mejorar la noche, verdad?

- A, si? Y cómo podría mejorar exactamente?

La chica rubia se acercó a la morena lentamente. Y acorralando a su amiga con ambas manos contra la piedra del lavabo, se puso un poco de puntillas y la dio un beso. Sus lenguas se entrelazaron, no sin antes soltar un jadeo de sorpresa su compañera al no esperarse tal acto.

Las demás chicas que estaban en el baño repararon en ambas. Aunque la mayoría no le dio importancia , algunas las miraba soltando unas risitas divertidas.

Cuando la chica rubia empezó a subir la mano por la cintura hasta el pecho de su amiga sonó la melodía de su móvil. Ago atorada, lo sacó del pantalón y vio que era un toque de su novio.

- Vamos, salgamos, que parece que los chicos se están poniendo nerviosos.

La chica morena se quedó mirándola mientras su amiga salía. No sabía que decir, mas que le había encantado. Se tocó distraídamente los labios hasta que la voz de la rubia la sacó de su ensimismamiento.

- Vienes o que?

- Sssii, si...-y se fue tras ella.

Tras reunirse con los amigos y el novio se dirigieron a uno de los locales de la ciudad. Al no ser muy grande ésta, no había muchos y parecía que con el concierto todos se habían llenado. Estuvieron bebiendo en uno cercano de la casa del novio de la rubia, donde ella y su amiga dormirían esa noche. Pasaban las horas entre risas, alcohol y buen rock. Cuando la madrugada estaba apunto de sorprenderles, decidieron irse a casa. Los do amigos se fueron por un lado y los otros tres se fueron a casa.

- Creo que mi colega esperaba que durmieses en su casa....- Comentó el novio entre risas, esquivando a duras penas un tendido eléctrico.

- Jajaja, si, pobrecito, creo que se hizo unas ilusiones que no iban a cumplirse...-añadió su novia. Ella iba agarrada de a cintura con la morena. Ambas hacían pequeñas eses a causa del alcohol.

Diez minutos más tarde estaban en la casa. El novio, dándose golpes contra las paredes, intentaba sacar una manta y una almohada para que su invitada durmiese en el sofá.

- Bueno...- comentó tras dejárselo como pudo en el sofá- ahí tienes..me voy a la cama...- Y dicho esto desapareció por la puerta de la habitación.

La chica morena se dejó caer boca arriba en el sofá. Después de quitarse las botas como pudo, se quedó tendida en la misma posición , con las manos hacia tras, y los ojos cerrados. Cuando iba sintiendo que poco apoco se hundía en el sueño notó alguien cerca suya. Abrió un poco los ojos y vio a su amiga, con solo la camiseta y un tanga negro apoyada en el respaldo del sofá con una mano.

- Te ibas a dormir sin despedirte de mí?-murmuró la rubia, cuya larga cresta caía hacia el hombro desnudo.

- Creía que eras tu quien se había ido a la cama sin darme el beso de buenas noches..-murmuró con una sonrisa su compañera.

La chica rubia se inclinó sobre ella y hundió sus labios en los labios rojizo de la morena, mientras con una mano, la acariciaba el vientre, subiéndola la camiseta.

La chica morena puso sus manos en la cadera de la otra y la sentó encima suya. La rubia la obligó a erguirse un poco para quitarle la camiseta, casi sin dejar de besarla con pasión.

Empezó a acariciar el pecho de la morena con un poco de suavidad para ir aumentando poco a poco la fuerza por encima del sujetador rojo, mientras la morena la cogía del culo y le acariciaba desde este hasta los muslos.

Las manos de la chica rubia se colaron y perdieron dentro del sujetador rojo, al tiempo que su compañera subía las manos desde sus muslos , pasando por las caderas, hasta el pecho de ella. Una de sus manos se metió debajo de la camiseta , la otra la apretaba con fuerza contra ella por la espalda.

Estuvieron así hasta que ya la tímida luz del amanecer entraba por la ventana a medio bajar.

La rubia se separó de ella, y la apartó las manos para ponerlas por encima de la cabeza, obligando a la morena tumbarse en el sofá de un golpe. En esa posición, empezó a lamerle la curvatura del pecho, al tiempo que la iba dando pequeños mordisquitos dejándola la piel roja. Con habilidad apartó el sujetador hacia abajo con la boca y lamió el pezón izquierdo. Estaba duro y de punta, y es más, posiblemente se hubiese puesto así nada más besarla. La soltó las manos para apretar sus pechos hacia arriba para lamer, mordisquear y besar ambos pezones.

La morena se arqueaba de placer bajo ella, intentando quitarla el sujetador y la camiseta entre caricias. La rubia se levantó para despojarse de la ropa, y en ese momento la morena aprovechó para abrazarla, rodar sobre si misma y tirarla a la alfombra del suelo, quedando ella encima suya.

- Así te quería ver yo desde hace tiempo, mi rubia...-murmuró a su oído casi con un ronroneo, al bajar la mano por su vientre y acariciando aun por encima del tanga su entrepierna.

Cuando coló la mano entre el tanga, la rubia dio un respingón de sorpresa, y cerrando los ojos se dejó hacer al tiempo que la morena mordisqueaba su cuello y bajaba por el cuello para llegar las grandes tetas libres de su amiga. Con una mano jugueteaba con el botoncito entre el pelo rubio de su entrepierna y con la otra asía un pecho con fuerza con el pezón dentro de su boca. Lo mordisqueaba, lo mordía suavemente, deslizándolo entre los dientes hasta que se soltaba.

Notaba que bajo ella, cuando hacia tal movimiento, daba un pequeño jadeo.

La rubia, tanteaba la cremallera de la morena para intentar colar sus manos por ella. Al no poder, la agarro de la espalda y rodó con fuerza hacia un lado, chocando con la mesita arrancando un gran chirrío pero acabando ella encima de su morena amiga.

Se quedaron un momento en silencio escuchando por si el novio se había despertado. Al no oír nada , la rubia se echó hacia tras y le quitó los pantalones con el cullot incluido, dejándola solo con el sujetador, pero el cual pronto también desapareció.

Observó desde esa posición su cuerpo. Tenía un cuerpo con curvas, con muslos fuertes y un culo perfecto para agarrarlo con sus manos. Los pechos eran perfectos. Duros firmes y del tamaño ideal para las manos. Su negra cabellera estaba desparramada por el suelo, y sus ojos brillaban de deseo y lujuria.

Bajó la cabeza y empezó a besarla el vientre, bajando poco a poco, perdiéndose por el fino y recortado pelo negro de sus partes mas intimas.

Al notar la lengua moviéndose por su interior, su amiga cerro los ojos con un leve gemido y se empezó a acariciar su propios pechos, mojando los dedos e su boca para que resbalasen mejor por sus erectos pezones. Se mordía el labio de placer y excitación. Tras unos minutos de puro placer, su amiga subió de nuevo para besarla, notando así su propio sabor. La abrazó fuertemente y volvió a rodar para ponerse encima de ella. Ahora tocaba a su rubia sentirla.

Se puso de rodillas entre sus piernas, y la cogió de una pierna. Iba recorriéndola mordisqueando su blanca piel, sin dejar de mirarla a los ojos. Cuando llegó a su meta, hundió su cabeza para acariciar el clítoris con su lengua, haciendo pequeñas succiones . Subió una mano para acariciarla un pecho, y acariciándola la bajó por su cuerpo, hasta que rozó su húmedo interior, sin dejar de saborearla. Separó sus rubios labios y le introdujo dos dedos despacio, a ritmos lentos, pero moviéndolos de forma circular en su interior.

- Oh...Dios... más rápido...-suspiró su amiga, enredando sus dedos en el pelo de su amiga, para guiar sus movimientos. Su amiga obedeció, y movía los dedos en su interior de manera más rápida, y sin dejar de hundir su boca en su húmeda y caliente entrepierna. Los jugos de su rubia, caían por su barbilla y mojaban el suelo.

- Para..-dijo ella levantándose del suelo. La morena paro y la miró con interés preguntándose que estaría pensando. Con suavidad pero sin vacilar la tumbó hacia tras. Ella se puso de rodillas encima suya, pero al revés quedando en un magnífico sesenta y nueve. La rubia se inclinó sobre el sexo de su amiga y empezó a lamerlo y saborearlo con devoción a causa de su tremenda excitación y calentura. Su amiga, sintiendo los voluminosos pechos de ella encima suya, hacía lo mismo con ella.

La rubia notó como el cuerpo de su amiga se empezaba a estremecer abajo suya, y como su boca se volvía más húmeda al tiempo que ahogaba un gemido en el sexo de ella. Eso hizo que ella misma notara como el placer bajaba por su espalda hasta su sexo y empezaba a notar los espasmos de un brutal orgasmo, que hacía que ni si quiera pudiera gemir.

Cuando ambas acabaron y antes de poder moverse , oyeron un ruido que venía del otro lado del sofá. Era el novio de la rubia que por el ruido de la mesa, se había despertado y había ido para ver que ocurría. Entonces se las encontró entrelazadas y había observado toda la escena entre la penumbra del amanecer.

La morena sintió como un rubor le corría la cara y más aun cuando advirtió que en sus boxers había una gran dureza.

-Creo que merezco una explicación-dijo el pero sin ningún tono de enfado en la voz, más bien de excitación.

- Creo que más que una explicación, podría ser una compensación, no?-comentó su novia moviéndose a un lado para acabar tumbada de al lado de su amiga sin dejar de mirar a su novio.- Que opinas?-añadió bajando la mirada a la morena.

Ésta solo sonrió de modo divertido, primero a ella y luego a su novio, y éste sin más espera avanzó hacia ellas.

sábado, 5 de junio de 2010

Erotic Medieval

Primer relato dedicado al Sansón de mis deseos.


Era ya bastante tarde, y el sol amenazaba con ponerse de un momento a otro, pero yo tenia aun que cruzar la mitad del bosque para llegar a mi casa. No entendía como se me había echo tan tarde, así que recogí las flores que andaba cogiendo y el cántaro lleno de agua del manantial.

- Llegare tarde a cenar de nuevo...- comente molesta por la reprimenda que me iban a echar mis padres

Cogi el camino mas corto hasta llegar a mi aldea, pero es el mas frondoso y a veces, si no te conoces el camino, te puedes perder porque se difumina el sendero con la maleza.
Camine 10 minutos, pero en una curva, mi vestido se engancho a una rama y tropecé.
Con un grito caí al suelo, y se me bajo la camisa que enseñaba los hombros un poco, viéndose mi pecho.

Rápidamente me coloque la camisa y mire que no hubiese nadie, pero algo me sobresaltó. Un ruido entre los arbustos se escuchaba próximo a mi, y cada vez se acercaba mas.
Me levante corriendo, dando un tirón a la falda, la cual se rajo por un lado. Cogí las cosas y salí corriendo asustada. Pero cuanto mas corria, mas oía ruidos persiguiéndome. Las ramas me iban rasgando la ropa, tanto que me tenia que coger la camiseta para que no se me cayera.
En medio de la carrera, me gire desesperada hacia tras y vi a alguien de fondo corriendo hacia mi, de pelo largo algo rizado y rubio, con cuerpo atlético y pantalones oscuros, pero no logre verle la cara. Iba en un caballo negro detrás mío. La visión hizo que se me encogiese el estomago de miedo. No sabía quien era, no sabía porque me perseguía, pero si podía intuir que podía querer.

- Déjeme!!- grite, pero justo tropecé con una rama caída, y caí duramente contra el suelo, abriéndose totalmente la camisa, dejándose ver mi pecho, y la falda traicionera se me había subido tanto que dejaban al aire mis muslos.

EL hombre aprovechó y se bajo del caballo con mucha agilidad. Intenté levantarme para seguir corriendo, pero lanzo hacia mí y me rodeo con sus fuertes manos enguantadas la cintura. Intente resistirme, pero me rasgó con el forcejeo lo que quedaba de camisa y me levanto la falda con una mano mientras que con la otra me acariciaba un pecho y me lo lamía, amarrándome bien para que no pudiese huir. Me hacia cosquillas con su perilla rubia , pero intentaba resistirme inútilmente. Era fuerte, y cuanto más intentaba apartarme de el, más fuerte me cogía y más sentía sus músculos fuertes.
No me podía creer que estuviese pasando esto, que iban a pensar cuando lo dijera en la aldea... si es que podría decirlo alguna vez?
- Para!No! Para!!- grite revolviéndome, mientras el me cogía de las muñecas hacia arriba y no paraba de lamerme los pechos, sujetando uno con una mano, mientras me acariciaba el pezón, y con la lengua se concentraba en el otro.

De los gritos pase a poco a poco, confundirlos con gemidos. No me podía creer que ese desconocido, al que aun no me había fijado en la cara, me estuviese haciendo disfrutar!

- Cállate, y disfruta...que se que te esta gustando...-comentó el con voz fuerte y grave.
- No!, No! Quita, suéltame!- dije volviendo a revolverme roja, no podía dejar que el hombre pensara que me estaba poniendo muy excitada, tanto que junte las piernas, para que no apreciara lo húmeda que estaba dejando mi interior..

El hombre, comprendió lo que me debía de estar pasando, porque subió la mano enguantada a su boca, y se quitó el guante con los dientes. En ese momento pude ver su cara. Era muy atractivo, con perilla y patillas. Unos ojos marrones verdosos y una piel curtida por las batallas y el frió. Una vez libre del cuero la bajo ,sin soltarme las muñecas y la bajo hasta mis muslos, para luego subirla y rozar con sus dedos mi húmeda entrepierna. Abrió con los dedos, suavemente, sin dejar de lamer mi pezón, los labios y acaricio de arriba a bajo, empapando sus dedos con lo mío, para luego jugar con el botón.
Eso hizo que me diese un espasmo en la columna de placer, y se me escapase un grito que se trasformo en un gemido de gusto. El se acerco a mi oído y me susurro:

- Voy ha hacer que me pidas que te la meta hasta el fondo, que lo desees y me lo ruegues, y solo entonces, cuando estés a punto de explotar de placer, haré lo que me pides...
- No...- murmure mas excitada aun, la sola idea de lo que pudiera hacerme ese hombre par que llegara a ese estado de necesidad me enloquecía de placer.

Bajo poco a poco, y con su lengua se hizo hueco, lamiendo de arriba a bajo y metiéndola dentro de mi, humedeciéndome más aun, como preparándolo para lo que haría mas adelante con su dureza en mi. Empezó a succionar y a lamer, a mordisquear y a meter un dedo, moviéndolo acompasadamente, mientras que con la otra, me pellizcaba un pezón.

Me estaba volviendo loca de placer, tanto que empecé a desear sentirla dentro mía, pero solo la suya, sentir lo que tanto presumía de que iba a hacer, y lo empecé a necesitar con desesperación a medida que pasaban los segundos.

-La necesito...-murmure con los ojos cerrados.

- El que necesitas?

- Eso..

- Que es eso...dilo..

No me atrevía..

- Dilo! Dilo y será toda tuya..

- Necesito... sentir tu poya dentro!- dije con un gemido para terminar la frase, no me podía creer que eso saliese de mi boca.

EL sonrió y me agarro de la cabeza y me acerco su palpitante y duro miembro a la boca levantándose el y haciéndome que me agachara yo.

- Tómala, pruébala y luego la sentirás.
- Ese no era...el trato...-le dije con las mejillas coloreadas bajando la mirada para mirarle con reproche.
Este se rió y dijo- No sabía que teníamos un trato nena...- y dicho esto se la cogió y me la puso en los labios. Con un movimiento logró metermela el la boca.
Empecé a saborearle primero automáticamente, con los ojos fuertemente cerrados. Me debía de disgustar, pero eso lo único que hizo era que fantasease con sentir lo que tenia en la boca dentro de mi. Seguí saboreándole relajando mi expresión. Puse una mano en la base de su miembro y apoyando mejor las rodillas empecé a saborearle con afán y deseo contenido.

Este me cogió del pelo con fuerza y acompasaba mi ritmo con movimientos con la cadera. La tenía bastante gruesa así que tenía que abrir todo lo que podía la boca para que pudiera caber tal verga. La saliva me resbalaba por el mentón, por lo que entraba y salía si dificultad. A veces la sacaba y jugaba con mi lengua , la miendola como lamía los caramelos que vendían en la aldea.
A veces también subía la mirada para verle la cara. Este tenia los ojos cerrados con una expresión totalmente placentera, hasta que la saco de golpe.

- La sigues queriendo?-me pregunto mirándome con oscura sonrisa.
A pesar de mi excitación, pensé que podía evitar ser mancillada por ese hombre aún. Al llegar a casa , si lo conseguía lo más probable que me tendría que masturbar hasta que se me cansase la muñeca por lo ardiente que sentía mis entrañas, pero no podía dejar que ese desconocido me hiciese lo que quisiera.

Así que con una sonrisa me levante, le eche para tras, como incitándole a tumbarse, pero cuando el, muy confiado me soltó, me dí la vuelta y salí corriendo.
El oscuro caballero dio un rugido de rabia que hizo que en mi carrera se me pusiera la piel de gallina.

Empecé a correr desesperadamente, pero pronto oí como este corría tras mía. Mis pies se magullaban en la huida, por lo que pronto me dio alcance, agarrandome de mis ropas que se rasgaron totalmente dejándome prácticamente desnuda. Seguí corriendo sintiendo las ramas en la piel de todo mi cuerpo, sin importarme ya mi desnudez, hasta que algo duro me golpeó en mi espalda y caí hacia delante, en un lecho de hierba verde y fresca al lado del rió.

- A donde te creías que ibas???!!!- me rugió el, dándome la vuelta, pero extrañamente a pesar de la dureza de sus palabras y de sus manos, me movió con bastante cuidado, para darme la vuelta y ponerme boca arriba.
- No!! Déjeme!! Por favor!!-gritaba desesperada mientras el me cogía las muñecas, y con una mano las agarro las dos y las puso encima de mi cabeza, mientras que con la otra mano, me abrí las piernas, me arrancó mis bragas de tela blanca y se la sacó. Sentía su peso encima mía, y entre mis piernas.
Noté como la punta se metía entre mis húmedos bajos, y de un golpe me la metió hasta el fondo. Di un grito al notar tal anchura dentro mía. Sentía como se iba abriendo mi interior, aunque húmedo, molestestaba, aunque esa molestia no era comparada con el placer. Era más grande de lo que había calculado y cuando más se movía mas grande se volvía, hasta que me note llena , no había un hueco de mi interior que no estuviese tocando las paredes de aquel arma que poseía el oscuro guerrero que me tenía cogida.
Mientras se movía, metiendo y sacando su miembro, me empezó a morder los pezones de nuevo. Al principio con algo más de suavidad pero a medida que iban aumentando las embestidas, me iba mordiendo con más fuerza. Pero misteriosamente cuanto más fuerte me poseía, mas me gustaba y más me hacía gemir.
Cuando estaba a punto de llegar al orgasmo, me la sacó. Le mire cubierta de sudor sin entender. Me dio la vuelta, poniéndome a cuatro patas y me la volvió a meter. En esa posición la notaba aun mas grande, como me golpeaba por detrás. Mis tetas se balanceaban de atrás hacia delante al mismo ritmo de sus embestidas. Me tenía sujeta por la cintura fuertemente.
De repente empezó a ir más rápido entre fuertes jadeos.

- Te voy a llenar entera....-me dijo.
- No..-atiné a decir, sintiendo mi propia humedad corriendo entre mis muslos.
- Si.. te voy a dar toda mi fuerza, te voy a llenar tanto de mi poder, que tu interior no podrá albergar tanto..- Y dicho esto aumentó el ritmo inclinándose encima de mi espalda. En ese momento noté como su semilla caliente me llenaba por dentro. Como una explosión de fuego y placer noté como yo también alcanzaba el climax con un gemido largo. El al notarlo me acariciaba el pecho.
Notaba con su leche me bajaba por los muslos, cumpliéndose la promesa de que mi cuerpo no podría albergar toda su fuerza.
A los segundos se acabó todo. El respiraba entre jadeos encima mia y yo apoyada en el suelo intentaba volver a encontrar la calma.
Salió de dentro mía y se levantó, colocándose los pantalones de nuevo.

- Si te vuelves a perder en el anochecer, nos volveremos a ver..-y dicho esto se dio la vuelta y se fue por donde habíamos venido corriendo.

La noche había hecho que la luna estuviese en lo alto. Mi cuerpo sudoroso con su luz brillaba brillante. Poco a poco me di cuenta de mi desnudez y de cómo podría volver a casa.

Oí el sonido de cascos al fondo, y el caballero pasó por mi lado, tirandome encima las ropas rasgadas. Y sin decirme más desapareció en la espesura.

Y yo me quedé ahí, con el cuerpo aun temblando de placer, y en un fugaz recuerdo de lo pasado esa noche, mi mano inconscientemente bajó por mi vientre y se perdió entre mi húmedas piernas.

Quien ira a por ti soy yo- Beethoven R


http://www.youtube.com/watch?v=9caQbBgpjVY

Por una vez no te heches atras
termina aquello que empesaste ayersi te arrepientes me da igual
aver pensado que ivas hacer

Ya no hay escusas que poner
esto es juego , hay que saber perder
hoy he ganado y me quiero cobrarlo prometido antes de pactar

No ya no hay que frenar
porque todo se puede perder
solo un descanso....mujer
luego has de calmar mi sed
si te paras no podreterminar mi actuacion
sino bienes hasta mi, quien ira por ti soy yo

Sal ya del ba_o me voy a ese_ar
quiero perderme en tu sexo otra vez
en la cama espera algo especialentree las sabanas te hare enloquecer
Es ya muy tarde y me faltas en mi
aquello que gane con sudor
gemidos largos todo el placer
al abrazarte y hacerte el amor

No ya no hay que frenar
porque todo se puede perdersolo un descanso....mujer
luego has de calmar mi sed
si te paras no podre
terminar mi actuacion
sino bienes hasta mi, quien ira por ti soy yo

El reflejo de tu piel
a segado mi pasion
quieres tu salir de aqui
pero yo te dije noooo!!!
que nooo!!!
Por una vez no te heches atras
termina aquello que empesaste ayer
si te arrepientes me da igual
aver pensado que ivas hacer

Ya no hay escusas que poner
esto es juego , hay que saber perderhoy he ganado y me quiero cobrar
lo prometido antes de pactar

No ya no hay que frenar
porque todo se puede perder
solo un descanso....mujer
luego has de calmar mi sed
si te paras no podre
terminar mi actuacion
sino bienes hasta mi, quien ira por ti soy yo

El reflejo de tu piel


a segado mi pasion
quieres tu salir de aqui
pero yo te dije noooo!!!
que nooo!!!
te dije nooo!!!


Bienvenidos....


Saludos.

Este blog no tiene otro fin que proporcionar placer personal y de una manera intima y egoísta a uno mismo. Cientos de años se ha visto de manera negativa el autoplacer, y este blog es un blog reivindicativo de aquella maravillosa práctica ya sea de manera individual o colectiva, para complacer todo aquel que se de cuenta de que el autosaciamiento es la única práctica en la que el ser humano puede obtener un estado de maravilloso éxtasis por sí mismo sin ningún perjuicio más que el que él mismo se pueda poner.

El origen de mi nombre es el de aquella mujer que con sus encantos pudo engatusar al hombre más fuerte de la tierra, Sansón. Dando como resultado su propia captura. Y es que la mujer es el ser más peligroso y poderoso de la tierra y cuyo poder reivindico.

Los relatos y videos a continuación son de contenido erótico y sexual, por lo que no está recomendado a menores de edad.